Argés
Iglesia de San Eugenio Mártir
Pantano Guajaraz
Información de Argés:
Teléfono: 925 376 281
Web: http://arges.es/
Info:
Email: adminarges@telefonica.net
Celtiberos, romanos, visigodos, musulmanes y cristianos han poblado su territorio a lo largo de los siglos, todo ellos debido a su cercanía con la imponente ciudad de Toledo y su importancia en la historia de nuestro país. Tierras vinculadas a grandes propietarios de Toledo que a través de la creación de enormes caseríos y casas de labranza dieron lugar a la configuración de su casco urbano y la construcción de sus principales monumentos como la torre de Cervatos, su iglesia parroquial y varias casonas de arquitectura popular que predominan en la parte antigua del municipio. Durante la guerra Civil Española estuvo situado en su territorio parte del frente sur del Tajo, de ahí que se conserve una red de trincheras y búnkeres en la parte norte de su término municipal que completan su patrimonio histórico y cultural.
Localidad que es surcada por diferentes rutas y caminos con peso histórico, como la denominada cañada real Galiana o cordel Segoviano, que ha sido testigo del paso de la trashumancia a lo largo de los siglos y que permite al visitante recorrer sus tierras fácilmente a pie o en bicicleta. Tierras llanas con suaves ondulaciones que se articulan entorno al valle del río Guajaraz, que da lugar a la presencia de una vegetación de ribera y al sotobosque Mediterráneo. Por tanto, un paisaje de contraste con ricos entornos naturales donde senderistas y aficionados a la naturaleza pueden disfrutar de agradables paseos. Valle que alberga el conocido embalse de Guajaraz, siendo la joya natural de su término municipal, donde los aficionados de la pesca pueden realizar esta práctica deportiva. Por lo tanto, una diversificada oferta turística que permite al visitante disfrutar de varias alternativas.
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¿Qué ver?
La iglesia de Argés comenzó a construirse en el siglo XVII aunque tuvo su época más relevante en el siglo XVIII, sabemos que anteriormente existía otro templo más pequeño del que no se ha conservado nada. Después de varias restauraciones se define de estilo neoclásico, formada por planta de cruz latina, de tres naves separadas por arco de medio punto sobre pilares. La central es más ancha, con pilastras adosadas en los pilares, y se cubre con bóveda de cañón con luneta. De la primitiva iglesia demolida se trasladó a la moderna un magnífico retablo de J. Bautista Monegro, que fue colocado en la nave del Evangelio, destruido durante la Guerra Civil. En esta Iglesia parroquial se conserva una custodia procesional de plata dorada, de principio del siglo XVII, que aparecía grabada y cincelada con esmalte. Esta hermosa pieza perteneció primeramente a la Cofradía del Santísimo Sacramento de la parroquia de Santa María de Yébenes, a la cual, el 14 de julio de 1687, la compró en más de seis mil reales, donándosela a la parroquia de Argés, su gran favorecedor, el Dr. Don Bernardino de las Quentas y Zayas, presidente que fue del Consejo de la Gobernación del Arzobispado de Toledo. En 1688, el mismo Dr. Bernardino de la Cuentas y Zayas, eclesiástico benefactor de la Iglesia de Argés, mandó levantar a la salida de la población, camino de Layos, una ermita dedicada a San Pablo, la misma que más tarde, en 1752, se puso bajo la advocación de Nuestra Señora de la Concepción.
Esta Torre, que toma su nombre de la dehesa en la cual está enclavada, está situada en lo más alto de la heredad de Cervatos, a unos tres cuartos de legua de Argés, y puede suponerse, por los vestigios encontrados a su alrededor, que en tiempos antiguos pudo existir población afincada en el término. En los anales de la historia podemos buscar a su primer propietario en la figura de Munio Alfonso, caballero que acompañó al rey Alfonso VI en su conquista de Toledo y a quien le fue concedida la titularidad de esta finca por los excelsos servicios ofrecidos al rey durante la toma de Toledo. Siendo Munio oriundo de Castilla la Vieja, decidió poner el mismo nombre de su tierra, Cervatos, al castillo y la dehesa que tan magnánimamente le había concedido el rey. Hasta la desamortización eclesiástica, tanto las tierras como el castillo pertenecieron a las capellanías de San Blas y San Pedro, sitas ambas en la catedral de Toledo. Para atalayar la campaña y preservar la tierra de las incursiones de los malhechores y aún de las demasías de los bandos, probablemente en el siglo XIV algún arzobispo de Toledo mandó construir la torre. En el año 1700, esta dehesa de Cervatos fue adquirida por el cardenal Portocarrero, quien la dejó en su memoria. Aunque tanto desde el aspecto militar como desde el arquitectónico, tuvo y tiene muy escasa importancia, podemos decir que su construcción es de planta cuadrilonga, larga de treinta y dos pies y ancha de veinticinco. La fábrica es de sillería en las esquinas y de mampostería en el resto. Los doce merlones prismático-cuadrangulares que coronan la torre en su mayoría son de ladrillo y más modernos. La puerta de entrada estuvo en la fachada del noroeste. A conveniente altura de los cuatro muros hay dos modillones de piedra de doble can saledizo, que quizá nunca sustentaron matacanes de fábrica, estando acaso destinados a recibirlos de madera, según la costumbre antigua. Sobre los modillones se abren las correspondientes ventanas. En la parta baja de la fachada del sureste, se pueden ver dos estrechas saeteras, una de ellas cegada. En el interior de las escaleras de comunicación de los distintos pisos y las bóvedas están destruidas, salvo la superior, que es apuntada y de ladrillo.
La llamada “Casa de Medrano” se ubica en la parte antigua del pueblo, ocupando una amplia parcela en el extremo suroeste de la plazuela (antiguamente denominada plaza de Chacón o plaza de Barrado). El recinto, de estilo barroco para unos y popular para otros, se compone de una planta con dos alturas, de cubierta a cuatro aguas. La portada principal, que da paso directamente a un patio, es de arco rebajado formado por sillares almohadillados, es decir, que no presentan una superficie uniforme sino que aparecen al exterior abombados, y sobre su puerta se encuentra un escudo cuartelado en cruz de tarja. Se denomina así al escudo con cuatro particiones. De esta forma se pueden representar los linajes que, a través de la historia, conforman el escudo de familias de alta hidalguía y nobleza. La cruz de tarja representa un arma defensiva en forma de escudo. La tarja iba comúnmente pintada con los blasones, empresa o divisa del caballero. El escudo que nos ocupa tiene en el campo cuatro particiones. En el primer cuartel es imposible distinguir símbolo alguno, mientras que en el segundo creemos advertir una cruz, con lo que se piensa que podría tratarse del blasón de los Pantoja; el tercero contiene los quince cuadros ajedrezados del escudo heráldico de los Portocarrero, enclavado jaquelado dividido en escaques y, por último, en el cuarto cuartel, aunque con relieve muy difuso por el paso del tiempo, creemos apreciar un león rampante. En la clave, la otra fachada forma ángulo recto con ésta, conformando ambas la plaza conocida, hoy día, como La Plazuela. En esa fachada hay una segunda puerta que da acceso a las dependencias de labor, es de medio punto, de piedra en el intradós, de estilo barroco isabelino. Ciertamente, en el pasado, la plaza en la que hoy se encuentra ubicada esta casa recibió el nombre de plaza de Chacón y, en otro momento, plaza de Barrado. Su denominación como casa Medrano se remonta a principios del siglo XX, cuando recayó la propiedad de esta casa sobre Doña Josefina Aguirre Martínez y su esposo Don Juan Medrano Rosales, tíos del actual dueño. Esta casa, excepcional ejemplo de conservación de arquitectura doméstica, ha sido declarada como Casa de Interés Nacional. Su planta se estructura teniendo como eje principal un patio en el que se eleva un brocal de piedra perteneciente a un antiguo pozo. Un gran número de aperos antiguos de labranza y dos calesas de antaño, junto a otros utensilios ya en desuso, adornan el patio. En la parte frontal del patio nos encontramos con la bodega, en la que quedan vestigios del ya desaparecido impresionante artesonado de cuando en su día, los grandes de la Ciudad de Toledo poseían viñas, bodegas y casas de labor en el lugar de Argés. En la misma habitación, dos puertas. La de la izquierda nos conduce al molino; la de la derecha, a otra habitación de dimensiones similares de la que nos acoge, también con restos de artesonado. Posiblemente fuera el lagar, o un lugar donde se descargase la uva traída de las viñas. Saliendo de nuevo por la puerta principal nos dirigimos a la segunda entrada de la calle, la que decíamos que nos llevaba a las dependencias de labor. Advertimos la conservación de una portada barroca, decorada al estilo isabelino, que da paso a un gran patio con aportaciones de piedras antiguas recopiladas por el actual dueño de la casa, siempre interesado en contribuir a la restauración y mejora de la misma.
Dentro del término municipal de Argés, y situado a unos tres kilómetros aproximadamente del casco urbano, podemos encontrar el pantano del Guajaraz, al que le surte de agua el arroyo del mismo nombre y que comparte con las vecinas localidades de Layos y Casasbuenas. Este embalse, con una superficie de 160 ha, fue construido en 1971 con el objetivo de abastecer de agua potable a la ciudad de Toledo y municipios limítrofes, complementando así el suministro de agua desde el pantano del Torcón. Aunque no está permitido el baño, sí es navegable y un punto de encuentro para los aficionados a la pesca de la carpa y el lucio.