Está impregnada de originalidad y singularidad. Los artesanos trabajan con el alma en las manos y de sus talleres salen productos únicos arraigados en la tradición más noble y popular de la ciudad. Entre ellos destacan El damasquinado, la espadería y la madera, así como la cerámica, el cuero y el forjado. En ese camino, tradicional, renovador, popular y creativo, clásico e innovador, el trabajo del artesano va ligado a la historia de Toledo.