PIEDRA

La artesanía de la piedra, se convierte desde los inicios del siglo XV en principal motor económico de muchos municipios de los Montes de Toledo principalmente.

Esta actividad artesana es la más antigua que se conserva en uso en la actualidad, pues ya desde época romana esta constatada la extracción de piedras de las canteras de varios municipios de esta comarca como Navahermosa, San Pablo de los Montes o Las Ventas con Peña Aguilera pero será a partir del siglo XV cuando los habitantes de estas localidades se dediquen a la extracción y trabajo de la piedra de manera exclusiva, esto se debe también al encontrarnos en un zona donde la tierra no permite un desarrollo excesivo de la agricultura debido a esa abundancia de suelos graníticos y por otro lado hay que recordar que los montes y la mayoría de estos términos municipales pertenecen a la ciudad de Toledo hasta mediados del siglo XIX, siendo por tanto la que administra estas tierras y que supone un perjuicio para sus habitantes ya que no pueden dedicarse libremente a la ganadería debido a la falta de terrenos donde sus ganados puedan pastar sin necesidad de abonar un impuesto, por lo que muchas familias se ven abocadas al duro trabajo de la piedra como medio de subsistencia.

Tradición y arte en cada puntada

Influye también la cercanía de la ciudad de Toledo, donde se llevan a cabo grandes obras arquitectónicas que demandan gran cantidad de sillares graníticos para su construcción, de las canteras de estos municipios han salido piedras para edificios tan importantes como el Hospital de Tavera, la Catedral y el Alcázar de Toledo, el Palacio de la Diputación Provincial, las ruedas para los molinos de agua de esta ciudad y de toda la provincia y otros edificios a nivel estatal como el banco de España en Madrid.

Actualmente la actividad artesana de la cantería se ha visto ayudada por la industrialización que ha sufrido este sector y que en cierto modo ha servido a los canteros para realizar los trabajos más difíciles dentro de este oficio, sin embargo es necesaria y continua siendo un pilar de esta artesanía la mano del hombre, para moldear y darle forma a las piezas surgidas en los múltiples talleres de estas localidades. Modernos talleres que tienen sus inicios en esas canteras que a lo largo del siglo XIX y principios del siglo XX comienzan a extenderse por los terrenos públicos que obtienen estos municipios, una vez que se independizan de Toledo, de ahí que surjan canteras de propiedad municipal. 

Así pues, cada familia de canteros va a obtener un pequeño terreno dentro de esas parcelas para desarrollar sus pequeños talleres de cantería, que consistían en un pequeño espacio denominado “gango”, realizado con cuatro pilastras de piedra y tejadillos de madera o chapa y una pequeña habitación excavada en la roca donde se guardaban bajo llave los utensilios de trabajo, todo ello asociado a una veta de piedra de donde iban extrayendo esta materia prima, hoy día se pueden observar numerosos “gangos” de estas primitivas canteras salpicando su paisaje, que nos hablan de ese auge de la cantería en Los Montes de Toledo. A partir de finales del siglo XX todos esos pequeños talleres se trasladan a modernas instalaciones donde hoy día se sigue practicando ese oficio artesano de trabajar la piedra a “golpes de cincel” y que como ha ocurrido con la artesanía del cuero no sólo se ha transmitido de padres a hijos sino que también han pasado sus técnicas de trabajo de artesanos mayores a jóvenes artesanos de la piedra.

Otras tradiciones

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