Cabañas de la Sagra


Ayuntamiento

Iglesia Nuestra Señora de la Asunción

Información de Cabañas de la Sagra:

Teléfono: 925 355 014
Web: https://www.cabanasdelasagra.com/lugares-de-interes/
Info:
Email: administración@cabanasdelasagra.com

Los orígenes de este pueblo se pierden en el tiempo, por su gran antigüedad, tal es así, que los más viejos del pueblo siempre oyeron de sus abuelos que Cabañas de la Sagra, era uno de los pueblos más antiguos de la comarca Sagreña. Según los restos arqueológicos encontrados, sus orígenes se remontan a la época romana, más concretamente al siglo III d. C. fecha en la que esta datada la villa romana recuperada recientemente. Visigodos y árabes continuarían su poblamiento hasta que sería reconquistada por los cristianos en el siglo XI, a lo largo de los siglos la población fue configurando su entramado urbano hasta que en los siglo XVI y XVII se construye su iglesia parroquial como principal monumento y posteriormente obtienen el titulo de villa. Pasear por su calles y plazas es recorrer su pasado a lo largo de los siglos, contemplar una arquitectura popular que rememora a la autentica vida de pueblo.

Disfrutar de la naturaleza paseando por los parajes de la Fuente de la Mora y de Los Pinos es descubrir sus espacios naturales más destacados. Cabañas posee un territorio de llanura con leves ondulaciones dedicadas prácticamente en su totalidad a campos de cultivo, principalmente cereal, de ahí que se le denomine a esta zona como el granero toledano. Los caminos que surcan sus tierras ofrecen al visitante la posibilidad de realizar suaves y tranquilos paseos a pie o en bicicleta para descubrir sus extensos campos de cereal y sus reducidos pero a la vez, bellos entornos naturales.

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¿Qué ver?

Iglesia parroquial de Ntra. Sra. de la Asunción

La fábrica general es de «aparejo toledano». Huecos recercados en la parte alta del muro con ladrillos dispuestos de manera radial en los dinteles. La torre, a los pies del templo junto a la portada norte, se divide en tres cuerpos mediante salientes impostas; el último de los cuales aloja el campanario, todo en ladrillo, donde se abren dos amplios vanos en cada frente, huecos de arco de medio punto (de clave e impostas marcadas más prominentes) alojados entre semipilastras adosadas. Una serie de molduras rematan hasta la cornisa, cubriéndose a cuatro aguas. Un extraño cuerpo rectangular, de reducidas dimensiones, añadido en la última reforma (1987), cubre el extremo superior del tejado. En el interior, cubriendo la nave central: techo artesonado de limas mohamares, de pino blanco, de forma prolongada y planta octógona. Decoran el almizate, las alfardas y los seis ochavados de los extremos, labores geométricas de lacería y en el centro del techo una colgante piña. El estribado y los cuadrantes son lisos. No así los tirantes, que, desprovistos de zapatas, se adornan con labor geométrica calada, ejemplar singular del que parece que sólo hay tres ejemplos más, fuera de la capital, en Escalonilla, Arcicóllar y S. Pedro de La Mata. El artesonado de la capilla central es de planta octógona también, pero está sin decorar.


Paraje Fuente de la Mora

Situado al oeste del núcleo de población y a una distancia de 1,5 kilómetros encontramos este paraje. Un pozo con un manantial adosado rodeado de una zona de pinar, las aguas son excelentes para beber y cocinar. El entorno invita al paseo y a parar un rato para disfrutar del paisaje.


Paraje de los Pinos

En la zona sur del casco urbano encontramos una superficie forestada cubriendo un promontorio, desde el cual se domina parte de la comarca de La Sagra en la cual nos encontramos. Lugar ideal para largos paseos a pie o en bicicleta y para la práctica de deporte pedestres. Este pinar cuenta con casi cien años de antigüedad y es uno de los parajes más característicos de la zona.


Villa Romana

Esta datada en el siglo III d. C. Situada sobre el cerro sobre el que se encuentra la iglesia, encontramos un yacimiento romano del que se conservan una serie de mosaicos con decoración geométrica con un campo compartimentado por medio de un trenzado de los dos cabos. Los restos que hoy se encuentran en el Museo Santa Cruz, utilizan tonalidades ocres, siena, castañas y gris verdoso utilizando el color negro para marcar los contornos.