Camuñas
Fiestas de Camuñas
Iglesia
Información de Camuñas:
Teléfono: 925 470 161
Web: https://camunas.es/events.html
Info:
Callejero
Guía turística
Email: ayuntamiento@camunas.es
Existen indicios de un asentamiento romano en la zona y posteriormente de uno árabe, pero su repoblación se realiza tras la reconquista por la orden de San Juan hacia el 1276. En aquellos tiempos era solo una aldea que dependería de Consuegra hasta mediados del siglo XVI hasta que en 1557 la princesa Juana de Austria le concede el privilegio de villazgo.
Camuñas se encuentra en la falda de la montaña de la Cabeza Gorda, en la Comarca de La Mancha. Un pequeño pueblo que tiene un encanto muy especial, y es ampliamente conocido por sus fiestas tradicionales.
A principios del siglo XIX se produce la invasión francesa, de la que surge un movimiento contra el invasor, en forma de guerrillas, teniendo el municipio como representante histórico de este tiempo al tío Camuñas. En su honor, el primer fin de semana de agosto se celebra la fiesta de Francisquete emulando como el Tío Camuñas luchó contra los franceses.
Otra fiesta que el visitante no puede perderse es el original Corpus Christi que tiene su seña de identidad en la representación de sus Pecados y Danzantes, que acompañan a la procesión en su recorrido y ha sido declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional y Bien de Interés Cultural Inmaterial.
El entorno natural permite al visitante disfrutar de diversas rutas de senderismo. Un paseo por la vega del río Amarguillo le dará la ocasión de hacer avistamientos ornitológicos además de contemplar la mayor extensión de huertos ecológicos de la región.
Tierra de vino, pan y aceite aderezados por la especia más valiosa, el azafrán de la Mancha, cuya denominación de origen tiene su consejo regulador en esta localidad.
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¿Qué ver?
La Ermita de la Veracruz está unida a Camuñas desde hace 400 años. Esta ermita presenta formas simples, construida con muros de tapial con acabado encalado, cubierta a dos aguas con teja árabe y fachada rematada en espadaña. Era común en las poblaciones del priorato de San Juan, encontrar junto a las iglesias parroquiales, numerosas ermitas que se levantaban dedicadas a los santos de devoción popular; y este es el caso de Camuñas con sus tres ermitas, la de San Sebastián y San Nicasio, hoy desaparecidas, y la de la Vera Cruz asociada a la cofradía de su mismo nombre.
La iglesia de Camuñas fue diseñada y construida por el arquitecto real, Juan de Villanueva. La obra, iniciada en 1794, se asienta sobre un templo anterior, la iglesia de Santa María, como se nombra en los registros de bautismos de la iglesia en 1626. El diseño del interior de Villanueva presenta tres naves en cinco tramos. El primer tramo, a los pies, lo hace coincidir con la torre existente en la nave de la Epístola, situando allí el coro en alto, y el baptisterio en la del Evangelio. La nave principal comprende tres tramos con pilares lisos y arcos de medio punto, en un paño continuo y limpio, roto solamente por la cornisa superior de la que arranca una bóveda de cañón con lunetos y huecos, con arcos rebajados simulados. Un arco triunfal la separa del crucero, construido con cúpula circular sobre pechinas, capillas laterales en la cabecera de las naves, cubiertas con bóvedas de cañón e iluminadas con ventanales con arcos rebajados, y la capilla mayor, semicircular, con media naranja. En el exterior también se tiene que adaptar al edificio existente, limitando su actuación a la portada y al crucero. Construye una sencilla fachada de ladrillo en el más puro estilo neoclásico, muy característico del arquitecto.
El reloj construido en 1910, iba a instalarse originalmente en el ayuntamiento pero surgió la polémica, al estar este a las afueras del pueblo. Los vecinos consideraban que no iba a oírse en toda la localidad, así que finalmente se decidió construir la torre en la plaza de la iglesia, que era el sitio más céntrico del pueblo en aquella época. La torre fue construida mediante prestación personal de los vecinos de la localidad. Una esfera de hierro de 1,20 m de diámetro con su bisel de hierro fundido todo alrededor y minutería para apuntar horas y minutos; una campana de aleación acerada de peso 180 kilos aproximadamente; un campanario de hierro dulce, de cuatro columnas triangulares de 2,50 m de longitud por 20 m de latitud con su antepecho por cada uno de sus cuatro lados de 1,30 m de largo por 80 m de alto, con su cúpula, capiteles y crestero de chapa recortada y por remate llevará un gallo también de chapara recortada.
El viejo Molino de viento La Unión arrastra en sus vetustas aspas más de un cuarto de milenio de vientos. Originalmente era conocido como El viejo, pero tras el incendio que sufrió en el año 1891, le fue cambiado el nombre por el de La Unión, debido a las numerosas aportaciones económicas de los vecinos de Camuñas que facilitaron su reconstrucción. La maquinaria fue adquirida en Campo de Criptana, de un molino viejo que estaba en desuso llamado El Sardinero. Durante la reconstrucción sufrió algunos cambios, dando más amplitud interiormente al edificio, y aunque se mantuvo el mismo diámetro del anterior, la cubierta de carrizo se sustituyó por una de cinc. Arquitectónicamente sigue la tipología de molino de torre, establecida al parecer en Holanda entre los siglos XV y XVI. Presenta dos partes claramente diferenciadas, un cuerpo cilíndrico o torre, formada por gruesos muros de mampostería encalada, con pequeñas ventanas en su parte superior, y una cubierta cónica giratoria de cinc, que integra el conjunto motriz y se caracteriza al exterior por el largo “palo de gobierno” y sus cuatro aspas rectangulares. Al interior se accede a través de una pequeña puerta, cobijada bajo un hueco mayor de ladrillo, en forma de arco de medio punto rebajado. En la planta baja existe un espacio central, con una pequeña habitación a modo de almacén, y una escalera por la que se accede a la zona de maquinaria instalada en la planta superior. Las ventanillas de esta planta servían al molinero para averiguar la dirección del viento, y determinar así la orientación de las aspas. Éstas se sitúan en la cabeza del eje y se acoplan en cruz, un brazo delante del otro, conformando cuatro aspas formadas por un palo central, o vela, cuatro varas laterales, y paralelas a la anterior, y 16 travesaños o telares, formando una retícula en torno a la vela. Cada vela va unida a otra contrapuesta por un palo más grueso, llamado macho, y sobre otro más corto, llamado remacho. En la vertical, de la cubierta, atravesada por el eje, se sitúa la rueda catalina, que está hecha de madera de encina y se halla provista de dientes. Se trata de la pieza más llamativa de todo el mecanismo; la que, con la acción del viento, pone en marcha toda la maquinaria.
Está ubicado en un moderno edificio de dos plantas adaptado y accesible. Se trata de un centro de titularidad mixta: ayuntamiento y asociación cultural Pecados y Danzantes. Este centro tiene el objetivo de explicar de forma didáctica el rito que se celebra en Camuñas el día de Corpus Christi y el Domingo de la Octava, representado por las antiquísimas danzas de Pecados y Danzantes. Así como el acto de La Horca, posible rito de paso del grupo de Pecados que se celebra el viernes posterior al jueves de Corpus. A través de un paseo entre fotografías de grandes dimensiones y paneles explicativos se puede tener una visión amplia del complejo ritual al que está dedicado. Se muestran elementos de la fiesta en grandes vitrinas como son los vestidos de los principales personajes de la misma, caretas, instrumentos musicales y piezas de vestuario. Asimismo, se muestra bibliografía y documentación relativas a la fiesta, así como elementos de la indumentaria, instrumentos y otros objetos utilizados en la misma, de gran antigüedad. Se dispone además de audiovisuales descriptivos de las diversas partes del ritual.