Esta casa pertenecía a una de las familias más ilustres de El Toboso, los Martínez Zarco de Morales, cuyos escudos podemos ver en la fachada. Según la tradición, en época cervantina fue habitada por don Esteban y doña Ana, su hermana, quien inspiró el personaje de la sin par Dulcinea de El Toboso.
El edificio que alberga el museo casa Dulcinea del Toboso conserva parte de su estructura original que se remonta al s. XVI y, a pesar de las diversas transformaciones experimentadas a lo largo del tiempo, conserva el carácter de la típica casa manchega perteneciente un labriego acomodado a un hidalgo con sus diversas dependencias: cocina, patio, molino, bodega, corrales, pozos, etcétera.