Se trata de un magnífico ejemplo de lo que fueron las fortalezas del siglo XV, influenciadas por estilos italianos, en tierras de Toledo. Fue construido en el siglo XV por el conde de Fuensalida y señor de Cedillo, Pedro López de Ayala. En el siglo XVIII fue abandonado y, posteriormente, en 1887, fue restaurado por el conde de Asalto. Sufrió saqueos durante la guerra Civil. Tiene una planta cuadrada con unas dimensiones de treinta por cuarenta metros. Posee un foso que, antaño, se atravesaba mediante un puente levadizo, modificado por los baluartes y defensas adosados a sus ángulos y cortinas.