La Mancha
Se extiende al sureste de la provincia siendo una comarca donde domina la planimetría del terreno, lo que facilita la abundancia de complejos lagunares pero también con algunas leves elevaciones donde encontramos molinos de viento y castillos majestuosos, testigos de una tierra de frontera. Los pueblos, distantes entre sí, son de los mayores de la provincia.
Dentro de la arquitectura popular manchega, no faltan posadas y ventas evocadoras, las quinterías y en municipios como Villacañas o Madridejos, los silos, viviendas singulares, excavadas en la roca caliza, de uso muy extendido por las familias que trabajaban como mano de obra en el campo.
La Mancha toledana y concretamente El Toboso, es la patria privilegiada de una de las más bellas y famosas criaturas literarias que acompañan a Don Quijote, Dulcinea del Toboso, cuyo museo se puede visitar.
Lo Cervantino y Quijotesco impregna la idiosincrasia de esta comarca regada por vinos con D.O. La Mancha, lo que otorga un esplendor a la gastronomía basada en platos sencillos, de la vida cotidiana, como las gachas, las migas, el pisto manchego o los duelos y quebrantos. Ricos productos gastronómicos que ensalzan la comarca y donde el visitante puede deleitarse con el aceite, el queso manchego con D.O. o el azafrán.
Territorio artesano con oficios tan antiguos como el trabajo del hierro y la forja, el mimbre, el barro o la artesanía del cuero.
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