Consuegra
Molinos
Molinos y Castillo de La Muela
Información de Consuegra:
Teléfono: 925 593 118
Web: https://consuegra.es/
Info: • Av. Castilla la Mancha S/N Tel. 925 593 118
• Molino de viento “El Bolero” Tel. 925 475 731
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Guía turística japonés
Email: ofturismo@aytoconsuegra.es
Consuegra es uno de los municipios más antiguos de la región en el que se destaca un continuo poblamiento, las idas y venidas de multitud de civilizaciones han dejado sus registros en la historia hasta el día de hoy. El cerro Calderico, sirvió de núcleo de asentamiento de poblaciones nómadas desde los tiempos de la trashumancia prehistórica con restos que han llegado hasta nuestros días y que comenzó con un castrum celtíbero allá por los siglos VI o V a.C. La llegada de los romanos trae consigo uno de los mayores cambios, constituyendo en la llanura la base de la Consabura romana, dotada de elementos característicos del urbanismo clásico como puentes, calzadas, termas, foro, circo, presa etcétera. Junto con el visigodo, el período califal es otro de los grandes desconocidos de esta localidad. Durante el Reino de Castilla la localidad vuelve considerarse una zona estratégica importante sobre la que se produjeron relevantes episodios bélicos a finales del siglo XI. Durante los reinados de Alfonso VI, VII y VIII (siglos XI-XII), la ciudad y su castillo serán uno de los centros neurálgicos de los movimientos de frontera. Consuegra pasará a manos de la orden de San Juan de Jerusalén siendo su mayor época de esplendor y que podemos ver reflejado en su castillo o recorriendo las calles y callejuelas del centro histórico.
Una de las características más relevantes del término municipal de Consuegra es la diversidad lo que hace que tenga un potencial paisajístico muy interesante, enclavado en dos comarcas naturales diferenciadas. En Consuegra se puede apreciar las llanuras esteparias típicas de La Mancha, junto con espacios propios del sotobosque mediterráneo propio de los montes de Toledo. El gran atractivo turístico, símbolo de Consuegra y de La Mancha, es sin duda el cerro Calderico coronado por los molinos de viento, dibujando una estampa absolutamente única. Hay pocas imágenes tan asombrosas y gráficas como contemplar uno de los conjuntos molineros más grandes y mejor conservados de España.
No puede el visitante dejar de conocer esta asombrosa villa y más en algunas épocas del año puesto que posee varias fiestas de interés turístico de especial relevancia que no dejan indiferente al espectador y son el complemento perfecto para una escapada turística. En el mes de agosto tiene lugar Consuegra medieval, una recreación histórica de la batalla medieval que tuvo lugar el 15 de agosto del 1097 entre las tropas del ejército castellano y las tropas almorávides en la que pierde la vida el hijo de Cid. En estas jornadas la ciudad se transforma y transporta al visitante en el tiempo disfrutando de todas las actividades que se realizan en torno a la gran fiesta. Junto a ella otra fiesta muy reconocida, declarada de Interés Turístico Regional, es La Rosa del Azafrán que se celebra cada año en el último fin de semana completo del mes de octubre, tratando de coincidir la celebración con la recogida de la flor. La función principal es dar a conocer y promocionar la esencia cultural manchega a través de la gastronomía, la artesanía, la historia y las tradiciones populares.
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¿Qué ver?
Enclavados en lo alto del cerro para aprovechar mejor las corrientes de aire que otorgan las elevaciones, estos doce gigantes han vigilado desde lo alto el devenir de Consuegra y sus gentes. Algunos con una antigüedad que se remonta al siglo XVI, han sido absolutamente vitales e imprescindibles para el desarrollo de la comarca, pues la ausencia de corrientes constantes de agua impedían el establecimiento de molinos fluviales. De los trece molinos que había originalmente, se han recuperado 12, que son los que se puede disfrutar hoy en la localidad. Cada uno con nombre propio, muchos están dedicados a temática manchega, otros en cambio evocan capítulos del Quijote. Su historia es también el empeño de un pueblo volcado en la recuperación de su pasado a través del patrimonio.
Aunque los orígenes de este castillo se remontan a una fortaleza musulmana de periodo califal (siglo X), el aspecto que apreciamos hoy en su estructura es debido a la impresionante obra de arquitectura militar que los caballeros de la orden de San Juan de Jerusalén pusieron en pie, tras la cesión por Alfonso VIII de la antigua fortificación y el alfoz de Consuegra a la orden. Fueron ellos los encargados de esta fortaleza, cuyas importantes innovaciones en su traza, como el imponente núcleo central, con 4 torres semicirculares ubicadas en el centro de cada uno de los lados del cuadrado que compone el castillo, lo dotan de un aspecto vigoroso e inexpugnable. A esto, hay que añadirle otros elementos defensivos como los muros artilleros, las antemurallas o bragas, las troneras, los merlones y hasta cuatro portones de acceso. En su interior cuenta con un interesante sistema de abastecimiento de agua, conserva la prisión prioral, así como la capilla, la sala de archivos y quizá la estancia más importante: la sala capitular. El castillo, como todos los monumentos y edificios, sufrió transformaciones, reformas y restauraciones, los usos se adaptaron a las necesidades y cambios sociopolíticos del momento. Vivió su esplendor durante los siglos XIII y XV y, aunque continuó habitado, fue sufriendo un paulatino pero inexorable proceso de abandono hasta su definitivo ocaso con la desamortización de Mendizábal en el siglo XIX. Finalmente, tras la voluntad y perseverancia de los habitantes de Consuegra, el castillo fue restaurado poco a poco con el fin de devolverlo a su antiguo esplendor.
La presa romana de Consuegra data del siglo III y es el mejor ejemplo de la entidad que tuvo la ciudad en época romana. La escasez de agua es el factor más importante que ha labrado la geografía, los paisajes, las costumbres y en parte la idiosincrasia manchega. Esta ausencia de corrientes importantes de agua, incluso en el pasado, provocó que las personas de aquel momento tuvieran que invertir enormes cantidades de recursos para levantar una obra de ingeniería del calibre de una presa, aprovechando el ya de por sí escaso desnivel que caracteriza a la meseta sur. Con gran parte de sus muros de contención en buen estado, destaca su tipo de construcción. A una potentísima cimentación hay que añadir una serie de contrafuertes que reforzaban los muros en los puntos donde el agua podía ejercer una mayor presión y así evitar que el recurso embalsado se desbordara. Aún se conserva una interesante estructura en forma de pequeño pasillo abovedado, perpendicular al muro de contención, que podía servir como aliviadero en caso de que el agua embalsada excediese la capacidad de la presa.
Obra de 1670, su fábrica, con típico aparejo toledano, está formada con doble hilada de ladrillo y cajas de piedra, (este tipo de construcción nos revela la fusión de elementos de tradición cristiana, la piedra, junto con los árabes, el ladrillo), en la parte superior se conserva un reloj de sol y anexas a éste se encuentra el arco y la torre del reloj, cuyo mecanismo de carrillón se puede ver expuesto en el interior del ayuntamiento, elementos añadidos a posteriori pero que singularizan el conjunto.
Del antiguo palacio hoy solo se conserva el torreón que servía de archivo y de entrada al conjunto palatino. En su patio todavía se pueden observar restos de basas y columnas, así como dos estatuas romanas en buen estado. La pérdida del valor defensivo de la fortaleza y la clara incomodidad que debía suponer la vida en un castillo medieval, condujeron a las autoridades sanjuanistas a la construcción de un edificio más cómodo y mejor ubicado en el centro de la localidad desde el que ejercer la administración y el control del territorio. Este palacio, que podemos fechar a mediados del siglo XVI, ocupaba prácticamente dos manzanas, contando con: silos, bodegas, contaduría y pagaduría, cárcel y archivo en la torre, patio de armas e iglesia. Se edificó sobre las antiguas termas de la ciudad romana, motivo por el que hoy en día se pueden apreciar allí restos de esta época. Posteriormente al conjunto se le adosó una iglesia, de la cual aún se conserva el ábside. Este ábside representa los únicos restos que se conservan de la primigenia mezquita de la localidad (transformada posteriormente en iglesia).
Sobre los restos del antiguo palacio se construyó el colegio "Cristo de la Vera Cruz", siglo XIX, de estilo mudéjar-toledano actualmente se reutiliza como centro de actividades culturales.
Esta iglesia es de una extraordinaria singularidad arquitectónica, custodia del patrón de la localidad, cuenta con un gran atrio de entrada y una cúpula coronada por una linterna reconocible desde prácticamente cualquier punto de la ciudad, siendo referencia del perfil aéreo local. Construida en el siglo XVIII, en su fachada se reúnen dos estilos arquitectónicos. Por un lado, las naves laterales se componen de casetones de piedra con muros en hileras de ladrillo, estilo castellano-mudéjar que se repite en otros edificios de Consuegra. Lo más llamativo es su fachada en mármol blanco, de estilo barroco tardío con elementos neoclásicos, cuenta con unas escalinatas que salvan el desnivel con el atrio y una magnífica puerta flanqueada por dos columnas salomónicas ricamente decoradas, en el dintel se aprecia el sudario de Cristo y elevan la fachada un almohadillado de mármol que se remata en la esbelta espadaña del campanario suavizadas con dos volutas a sus lados. Además del propio edificio, esta institución cuenta con un museo que alberga las colecciones almacenadas por la Junta de Gobierno del Santísimo Cristo de la Vera Cruz desde la construcción de la ermita hasta la actualidad.
La más antigua de la localidad que se conserva, fue levantada en 1567 con una manifiesta impronta hospitalaria, no solo por su advocación a San Juan sino por su impresionante envergadura. Sin apenas decoración, es el perfecto ejemplo del ideario sanjuanista, marcado todavía por su carácter militar, se asemeja más a una iglesia-fortaleza que a un templo al uso dedicado al culto. Es quizás la iglesia más grande de los alrededores, se aprecia en su prominente verticalidad, la factura de sus materiales y la sensación de rectitud y entereza. Su traza es de una gran sencillez, en planta de cruz latina, su estilo es castellano-mudéjar y es remarcable la torre campanario ubicada a los pies del templo, así como el cimborrio ubicado en el transepto. En algunos de sus muros se pueden apreciar los materiales de acarreo provenientes de otros edificios o templos más antiguos. En su interior destaca una monumental concha que corona un impresionante cuadro de San Juan Bautista ubicado en el ábside, las puertas del coro y la sacristía son de estilo clásico, desde el interior se aprecia su robustez y altura, así como su cúpula coronada con la estrella blanca de ocho puntas en fondo rojo, símbolo que el visitante encontrará por doquier en Consuegra, pues es la insignia de la orden y representa las ocho bienaventuranzas. Se enclava en un lugar muy atractivo, a uno de los márgenes del cauce del Amarguillo, rodeada de zonas verdes y ajardinadas, así como bonitos paseos ubicados a ambos lados del río. La plaza a la que da su nombre cuenta con una fuente y una estatua dedicada a los caballeros hospitalarios realizada por un escultor local.
Fundado en base al testamento de D. Fernando Álvarez de Toledo, tercer duque de Alba. El templo presenta una sola nave y potentes estribos de apoyo siguiendo el esquema de las clásicas construcciones carmelitanas, sobre el pórtico de entrada hay un escudo de la orden junto a otro de la casa de Austria. En el Convento se conservan misivas de Santa Teresa de Jesús.
Frente al ayuntamiento se encuentra el edificio conocido como "los corredores", obra del siglo XVII, que constituye uno de los edificios más destacados de la ciudad, con bella balconada, tallada con querubines, y con soportales de madera al descubierto, que se convierte en el ejemplo de la arquitectura manchega, fue alhóndiga, silo y ayuntamiento. Hoy en día se ubica en su interior el museo Arqueológico Municipal.
Adentrarse en la historia a través de los objetos que nos han legado las generaciones pasadas es un excelente ejercicio de comprensión de nuestro presente, pues despierta una fascinación por otras culturas y civilizaciones que aportaron innumerables avances que hoy damos por supuestos. Con piezas que van desde el neolítico hasta el siglo XIX, el museo, rompe con la tradicional organización cronológica para ofrecer en sus vitrinas una visión más centrada en temáticas universales como el comercio, las creencias, la organización de las sociedades, la jerarquización o la guerra.
Centro de la ciudad de Consuegra, es una plaza con edificios singulares e históricos. En ella conviven de forma armoniosa la arquitectura típica manchega con otras estructuras de estilo castellano-mudéjar. Punto de reunión de todos los consaburenses, es también el centro cultural y de ocio, paso imprescindible para cualquier visitante. Núcleo de la vida de la ciudad, en ella se ubicaba el antiguo foro romano, hoy en día los principales eventos y actividades siguen estableciéndose en este espacio. Un recorrido por las calles aledañas nos descubrirá un amplio abanico de pequeños comercios, pastelerías, zapaterías, tiendas de ropa o bares y restaurantes donde mezclarnos con los locales.
Edificio en el que se refleja la más pura tradición popular manchega. Fue utilizado como taller de alfarería hasta mediados de la década de los 70, fruto de la larga experiencia alfarera de la zona, pues en Consuegra llegaron a funcionar hasta 5 talleres. Este es un monumento de una naturaleza diferente, pues representa la historia de los más humildes y de las clases populares de Consuegra. A través de su arquitectura nos podemos adentrar en las formas de vida de tiempos pasados. Cuenta con un gran patio en el que destacamos dos hornos alfareros de tipologías distintas; uno romano y otro árabe. Es en estos hornos horadados en el suelo, donde se introducían las piezas de arcilla con el fin de cocerlas, endureciéndolas y consiguiendo el producto acabado para la venta. El patio, además de los hornos alfareros cuenta con otros elementos de decoración y adorno como columnas, basas o estelas con inscripciones (se puede apreciar un vía crucis en buen estado). Además de los restos arqueológicos antes mencionados, cuenta con antiguos aperos de labranza, y una pequeña exposición de artesanía. A esto hay que añadir el sabor que desprende el recinto pues también el alfar nos habla del mundo artesanal, de las casas, de los materiales y de la comida de La Mancha.
Fundado en el siglo XVII, ha sufrido importantes transformaciones a través de las diversas donaciones realizadas. La fábrica presenta la clásica composición típica conventual, consta de dos claustros e Iglesia, el claustro todavía se puede visitar de manera libre. Actualmente se utiliza como residencia de tercera edad, así como de espacio polivalente para la realización de exposiciones u actividades de diversa índole. En su patio posterior se encuentra una noria de tipología bastante antigua.