


Día de Castilla la Mancha
EL 31 DE MAYO DE 1983 LAS PRIMERAS CORTES REGIONALES COMENZARON SU ANDADURA, POR ESE MOTIVO TODOS LOS 31 DE MAYO SE CELEBRA EL DÍA DE CASTILLA LA MANCHA
El 31 de Mayo 1983,
se constituyeron las primeras Cortes de Castilla-La Mancha en la iglesia
toledana de San Pedro Mártir, unas semanas después de que se hubieran celebrado
las primeras elecciones autonómicas y tras cerca de ocho años de negociaciones
entre políticos de todos los colores.
ORIGENES DEL DÍA DE CASTILLA LA MANCHA
Las primeras Cortes
fueron el final de un proceso que se empezó a gestar unos años antes. El
26 de abril de 1976 en Mota del Cuervo se reunieron un grupo
procuradores a Cortes por Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Guadalajara y Toledo
para sentar la base de la futura comunidad autónoma de Castilla-La Mancha.
El deseo de alzarse
frente al resto de comunidades históricas, tener voz propia y no perder la
oportunidad de crecer expandirse y desarrollarse, motivó a una serie de
políticos y a la ciudadanía entera a aprovechar la oportunidad de ganar su
lugar en el nuevo mapa de España. La renuncia de Albacete a Murcia allanó un
camino que se acabó materializando más rápido de lo que se esperaba. El 3
diciembre de 1981 un total de 158 futuros castellano-manchegos, entre senadores
y diputados por las cinco provincias, acabaron de redactar el Estatuto
de Autonomía regional. Se aprobó el 10 de agosto de 1982.
MIRANDO AL REINO DE CASTILLA Y A LAS ÓRDENES MILITARES
Símbolos como la
bandera o el escudo son agentes socializadores básicos para la construcción de
una identidad común. En el caso de Castilla-La Mancha, también costó
sacar adelante estos emblemas.
Con todo, la
bandera fue el primero símbolo en nacer. El Diario Oficial de Castilla-La Mancha
del 20 de octubre de 1980, recoge la decisión de la Junta de adoptar el diseño
encargado a los académicos de Historia y Bellas Artes.
En el trozo de tela
unida al asta, el escudo o pendón de Castilla, antiguo Reino al que perteneció
toda esta tierra y que es: el campo rojo carmesí, el castillo de tres torres de
oro mazonadas de negro (señaladas las piedras) y aclaradas (las puertas y
ventas) de azul. El segundo trozo de color blanco, en recuerdo de las órdenes
militares de Calatrava, Santiago y San Juan, cuyas gloriosas milicias
conquistaron, organizaron y administraron la tierra manchega y cuyos pendones
fueron siempre blancos.
Una bandera que,
sin embargo, a lo largo de estos cuarenta años ha sufrido más de una
modificación de facto. El color es, sin duda, uno de los más visibles, ya que
el rojo carmesí que recoge el Estatuto regional ha pasado a los morados y
rosáceos que visten ahora la inmensa mayoría de las banderas regionales. De la
bandera nació el escudo, que fue aprobado mediante la ley en 1983.
PUERTOLLANO SERÁ LA CIUDAD ELEGIDA EN 2022 PARA LA CELEBRACIÓN DEL DÍA DE CASTILLA LA MANCHA Y DEL 40 ANIVERSARIO DE NUESTRO ESTATUTO DE AUTONOMÍA.
En agosto de 2022
se cumplen 40 años de la entrada en vigor de la Ley 9/1982, de 10 de agosto de
Estatuto de Autonomía de Castilla-La Mancha. La configuración del ente
preautonómico a finales de 1978 dio paso, dos años después, a la consolidación
del territorio de Castilla-La Mancha como Comunidad Autónoma, acogiéndose a lo
contemplado en el artículo 143 del texto constitucional. La abrumadora mayoría
con que los representantes de los ciudadanos en ayuntamientos y Diputaciones
Provinciales respondieron a la iniciativa autonómica, avaló los trabajos de los
grupos políticos presentes en la Asamblea de Parlamentarios de Castilla-La
Mancha, trabajos coronados con la aprobación definitiva del texto con el que
comenzaba su andadura una “nueva” Comunidad, pero con un dilatado recorrido
histórico detrás.
Hoy, cuarenta años
después de aquellos apasionantes momentos, Castilla-La Mancha afronta con
ilusión un futuro cargado de retos con la fuerza que nos da el pasado
compartido y los objetivos por conquistar. Una sociedad consolidada y unida,
que cuatro décadas después, continúa la singladura emprendida en 1982 con la
satisfacción de haber podido vivir el período más fructífero de su historia.
Cuarenta años que
pueden no ser nada en un devenir varias veces centenario, pero que conviene
celebrar como se merecen, con la permanente reivindicación de una realidad
gozosa y de amplio recorrido: Castilla-La
Mancha.