Consiste en un conjunto de actos donde se mezcla lo religioso: procesión y misa con lo profano: tirar del palo y correr la vaca. Los quintos ataviados con atuendos típicos de la fiesta “corren” a los forasteros sujetándolos por los brazos y pinchándoles con la “vaca” (par de cuernos de vaca unidos a un palo o astil adornados con cintas y flores) simulando que el forastero es corneado por una vaca, así se le conduce dentro del ayuntamiento donde se le ofrece limonada y tostones, después es devuelto de la misma manera al exterior.