Layos
Campo de golf
Palacio de Layos
Información de Layos:
Teléfono: 925 376 450
Web: http://layos.org/patrimonio-historico/
Info:
Email: layos@local.jccm.es
Al situarse el territorio enclavado entre el Tajo y los montes de Toledo, el término municipal de Layos tiene un patrimonio natural muy rico y valioso. Su paisaje es variado con una mezcla de meseta, premontaña y montaña donde destaca la sierra de Layos, entorno de gran valor paisajístico donde la topografía y la flora dan lugar a una variada gama de riqueza natural. La zona de meseta que abarca aproximadamente el tercio norte del mismo, y engloba su núcleo urbano, se caracteriza por su topografía básicamente llana con algún que otro cerro, y por estar generalmente cultivada. Existe un elemento importante en la configuración del paisaje, que es la piedra granítica que aflora en forma de masas rocosas más o menos grandes. La zona de premontaña o pie de monte, a ambos lados de la sierra de Layos, se caracteriza por la presencia de dehesas y cotos de caza, con praderas y encinares. Su topografía es ondulada y presenta paisajes de gran valor estético. El paisaje de matorral y monte bajo, en ciertas zonas es muy tupido, con afloración de masas rocosas, y coronación de cumbres de diversas alturas, lo que sirve de telón de fondo a los anteriores valores, y configura imágenes de gran belleza.
Municipio que comienza su andadura en la prehistoria continuando en épocas romana y visigoda según los diversos restos arqueológicos encontrados en su término. Sin embargo, sería a partir del siglo XIII cuando su casco urbano comienza a tomar entidad alcanzado su época de esplendor en el siglo XV, siglo en las que estas tierras son donadas por los reyes a la nobleza y por tanto comienza a configurarse su rico patrimonio cultural, destacando el palacio de los condes de Mora del siglo XV y la iglesia parroquial del siglo XVI. Recorrer sus calles es saborear un turismo rural que se complementa con actividades como el senderismo, las rutas en bicicleta, rutas a caballo desde su centro hípico o disfrutar de una agradable y tranquila partida deportiva en su campo de Golf. Pasear por su amplia red de caminos rurales, rodeados de suaves paisajes mediterráneos y recorrer la senda ecológica que nos conduce al embalse de Guajaraz, donde podremos disfrutar de la flora y fauna característica de la zona o practicar deportes tan diversos como la pesca, completa la diversidad turística de esta localidad.
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¿Qué ver?
Iglesia de planta rectangular de una sola nave de pequeñas dimensiones y cabecera que casi iguala la longitud de la nave, de planta cuadrada. La nave posee un artesonado de par y nudillo con cinco tirantes transversales y dos de esquina, se sitúa la entrada a la derecha de la nave. A la izquierda, a través de arco triunfal de medio punto, se sitúa una capilla de planta rectangular, de techo plano. La capilla mayor está cubierta por bóveda vaída de sillares dispuestos concéntricamente, situándose a su izquierda la sacristía de planta rectangular. En el exterior fábrica de mampostería con sillar en esquina y ladrillo en recercados de los huecos de la nave. En la cabecera, fábrica de mampostería y ladrillo, (esta parte debe ser la más antigua, siendo destacado volumétricamente de la nave y quedando en el hastial resultante un gran arco de medio punto cegado). Se colocan contrafuertes de ladrillo en la unión de la cabecera con la nave. La torre muy posterior, a los pies, es de tres cuerpos: los dos primeros de mampostería y ladrillo y el último de ladrillo solamente. En el último cuerpo existe un arco de medio punto por cada cara inscrito en cuerpos de pilastras y con un arco rebajado de extradós exornado con dentículos. La construcción de la iglesia es del XIV-XV, la nave es posiblemente del XVI y la torre, al menos su tercer cuerpo, es muy posterior.
El palacio de Layos, conocido como palacio de los condes de Mora, es una edificación del tipo castillo-palacio del s. XV. Supone un conjunto de edificaciones delimitado por un recinto amurallado de gran extensión que consta de los siguientes elementos: palacio propiamente dicho, jardín y dependencias de servicio. Por lo que respecta al palacio, su origen se sitúa a finales del s. XIV y principios del s. XV, pero ha sufrido sucesivas renovaciones a lo largo de su historia; dichas renovaciones, sin embargo, han respetado su carácter original y deben considerarse muy acertadas, ya que el edificio llegó a estar casi en ruinas. De este modo, el interior del palacio, de estilo mudéjar, corresponde al s. XVI y diversos tramos del cerramiento exterior (lados sureste, suroeste y noroeste) al siglo XVII. La última intervención se acometió hace unos cuarenta años. El palacio es un edificio de planta cuadrangular, flanqueada por torres cuadradas en las esquinas, a excepción de la situada en el lado oeste que es de planta circular. Su fábrica es de mampostería de piedra. Su estructura en dos alturas, tres en las torres. De la construcción original, del s. XV, se conserva la entrada principal; presenta ésta una portada de sillería de piedra, dintelada y de traza sencilla; sobre ella se articula un segundo cuerpo de ladrillo visto en el que, y sobre una imposta, aparece una especie de antepecho con siete arcos lobulados ciegos. Sobre este segundo cuerpo se abre una ventana dividida por una columna. En este cuerpo, dos pilastras de madera soportan sendos canecillos que sujetan un alero o voladizo que sobresale sobre el resto de la cubierta. El lienzo en el cual se encuentra la portada queda retranqueado entre los dos torreones de las esquinas (uno cuadrado y el otro circular), con distribución de ventanas verticales en las dos primeras plantas y de medio punto en la tercera. El torreón circular, de mampostería, corresponde también a la fábrica original del s. XV. En las restantes fachadas los dinteles de las puertas, ventanas y balcones son de ladrillo, de abanico, siendo el resto de la fachada de mampostería, con sillares en las esquinas. Toda la cubierta es de teja curva o árabe y descansa sobre una bella cornisa de ladrillo con dentículos y arcos encontrados. En el interior, el palacio se organiza en torno a un gran patio central, de planta cuadrada, con una fuente de piedra en el centro. La planta baja presenta una galería de soportales dintelados, con cinco huecos por lado y con columnas góticas de fuste octogonal revocadas; sus capiteles son cuadrados y sujetan las zapatas de madera que soportan las vigas (también de madera) del forjado de la segunda planta. Esta última, presenta una galería de arcos rebajados que descansan sobre columnas de piedra; toda ella está cerrada por ventanales de cristal. La cornisa que soporta el alero es idéntica a la anteriormente descrita. En el interior del recinto se encuentra también, como ya señalamos, un jardín y diversos edificios para los servicios del palacio; estos edificios son de mampostería con sillar en las esquinas, algunos de época reciente. El gran portalón exterior que da acceso al conjunto es dintelado, con imposta en dentículos y sobre un astil rectangular, con un frontón triangular rematado por tres bolas. El palacio de Layos perteneció, junto con su término municipal, al Adelantado de Cazorla, Juan Carrillo de Toledo, a quien se lo donó Don Juan II en 1445. Poco después pasó, por herencia, a ser propiedad de los López de Ayala, condes de Fuensalida, hasta que por escritura de 1509 lo adquirió el tercer conde del mismo título, el ilustre diplomático Don Francisco de Rojas, quien fue embajador de los Reyes Católicos en Roma. Los condes de Mora siguieron habitando con frecuencia el palacio, contándose entre ellos la emperatriz Eugenia de Montijo. Posteriormente pasó a los condes de Haro.
Dentro del término municipal de Layos, y situado a unos tres kilómetros aproximadamente del casco urbano, podemos encontrar parte del pantano del Guajaraz, al que le surte de agua el arroyo del mismo nombre y que comparte con las vecinas localidades de Argés y Casasbuenas. Este embalse, con una superficie de 160 ha, fue construido en 1971 con el objetivo de abastecer de agua potable a la ciudad de Toledo y municipios limítrofes, complementando así el suministro de agua desde el pantano del Torcón. Aunque no está permitido el baño, sí es navegable y un punto de encuentro para los aficionados a la pesca de la carpa y el lucio.
Cuenta con una distancia total de 2,5 kilómetros, englobando áreas de descanso y zonas de esparcimiento que combinan el ocio con la Naturaleza, haciendo especial énfasis en la preservación del medio ambiente. Comienza en el paraje conocido como “El Prado” (al lado del polideportivo) y continúa en descenso por el camino llamado “De Pescadores”, a través del él llegaremos a la orilla suroeste del embalse, punto en el que nace el sendero en su faceta más literal y más extensa abarcando unos 1.800 metros de los 2.500 totales, y que irá custodiando las aguas del lago de forma esmerada hasta su finalización en el límite del término municipal, punto en el que podremos decidir distintas alternativas de continuidad, incluido obviamente desandarnos y contemplar de nuevo detenidamente la cartelera que recoge en detalle datos del municipio, flora y fauna del lugar y relativos al embalse.