Madridejos
Iglesia y convento de San Francisco
Museo del azafrán
Información de Madridejos:
Teléfono: 925 46 00 16 Extensión 5-0
Web: https://madridejos.es/monumentos-y-museos/
Info:
Museo del azafrán
Casas museo de Castilla La Mancha
Rutas y excursiones
Guía turística
Ruta Chopo
Ruta Umbrión
Aula de la naturaleza Valdehierro
Email: acta@madridejos.es
Localidad habitada desde época romana, visigoda y árabe que a partir del siglo XIII va a ir desarrollando su casco urbano para tener su apogeo en el siglo XVI con la construcción de sus principales monumentos. Arquitectura popular manchega es lo que el visitante va a poder observar recorriendo sus calles y plazas, desde la antigua plaza pública, lugar de nacimiento de este municipio en época árabe, hasta el resto de monumentos característicos de esta zona como su molino de viento o los silos, antiguas viviendas excavadas en el subsuelo, que hoy pertenecen al patrimonio etnográfico de esta población. Casas-museo que el visitante podrá descubrir para revivir los antiguos modos de vida de la población manchega, que junto a la visita al museo del Azafrán, permitirá descubrir la idiosincrasia y cultura característica de este municipio y de esta comarca.
Madridejos presenta un término municipal de perímetro irregular, su territorio presenta un relieve llano en general, excepto en el sur a causa de las estribaciones orientales de los montes de Toledo y de algunos cerros y montes aislados.
En el término podemos encontrar diversidad de paisajes debido a que éste se encuentra dividido entre dos comarcas naturales, los montes de Toledo que presenta un mayor relieve y materiales de composición silícea y La Mancha, una extensa planicie con sustrato de naturaleza calcárea. Las distintas características existentes dentro del término provocan la aparición de ecosistemas muy diferentes propios de cada una de las zonas. Cruza la población de oeste a este el río Amarguillo, afluente del río Cigüela, originando a sus lados fértiles vegas. Diferentes rutas recorren sus diversos paisajes para que a pie o en bicicleta el visitante pueda disfrutar del variado entorno paisajístico de su territorio. Completa su oferta turística el aula de la naturaleza de Valdehierro donde se puede practicar la ornitología, la micología, el anillamiento de aves o rutas guiadas por la naturaleza entre otras actividades.
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¿Qué ver?
Su construcción se vio motivada por el aumento de población experimentado en Madridejos durante el siglo XVI, iniciándose las obras en 1531, a expensas de la orden de San Juan, y terminándose hacia 1571. Se convirtió en la segunda parroquia, conviviendo con la de Santa María. Su estilo es gótico decadente y renacentista, con tres naves que impresionan por sus dimensiones. Las bóvedas, de arista, se sostienen por pilares de granito con capiteles jónicos. Posee una torre de ladrillo con fajas de granito, cubierta por un capitel de pizarra restaurado en 1997. En el año 1915 una tormenta destruyó parte de la cruz y la veleta lo que hizo que se rebajara la torre en tres metros de altura. La pila bautismal, de 1688, es de granito y está decorada con tres cruces de la orden de San Juan. Se han restaurado recientemente las vidrieras y en la sacristía se encuentra el museo que alberga diferentes piezas relacionadas con el rito eucarístico.
Se fundó en 1612, gracias a la intervención del vecindario, terminándose en 1619. Sus mayores benefactores fueron Dª María Cervantes Gallego y D. Juan de Mayorga y su construcción se atribuye a Juan Bautista Monegro. Fue habitado por monjes franciscanos reformados y la iglesia se encomendó a San Pedro y a la Inmaculada. En el año 1769 se añade la capilla de la orden Tercera, construida a costa de Dª Úrsula Mayorga Cervantes, cuyo escudo se conserva encima de la puerta. A partir de 1833 el convento sufrió el proceso desamortizador que significó la desaparición de la comunidad franciscana, pasando a manos estatales que lo convirtieron en sede del partido judicial de Madridejos, colocando allí sus oficinas y la cárcel. La capilla pasó a ser escuela de niños y vivienda del maestro. Con los años el edificio ha servido para varios usos, juzgado de instrucción, cárcel, escuela, almacén, etcétera, hasta que en los años 70 un grupo de voluntarios comenzó su restauración para utilizarlo como casa de cultura. La iglesia acoge hoy la imagen de la patrona de Madridejos Ntra. Sra. de Valdehierro y el convento aloja el museo del Azafrán y Etnológico así como el punto de información turística.
Se encuentra ubicado en el antiguo convento de San Francisco y fue inaugurado en 2008. Se trata, junto con los silos, de la joya turística del municipio. El museo hace un recorrido por el proceso de cultivo, desde la preparación de la tierra, monda de la cebolla, plantación, recogida y monda de la rosa, así como por el tueste, corte, partición y venta del azafrán, recogiendo asimismo sus usos gastronómicos y medicinales entre otros, todo ello ilustrado con paneles informativos, fotografías y vídeos. La parte etnográfica permite aprender sobre la matanza, situarnos en una escuela de mediados de s. XX, recordar el arte de la alfarería y los bordados y contemplar una alcoba del s. XVIII. Casi la totalidad de las piezas, muebles y objetos han sido donados por la población y restaurados por la asociación cultural El Carpio. A finales de octubre se celebran las “Jornadas del Azafrán” en el claustro del convento, con actividades y talleres en vivo.
Los silos son viviendas subterráneas excavadas en la tierra de manera artesanal por las familias más humildes. Estuvieron en uso desde el siglo XIX hasta la segunda mitad del siglo XX y constituyen un documento arquitectónico típico de La Mancha y característico de Madridejos. Se accede a ellos a través de una rampa o caña y constan de distintas dependencias, todas ellas encaladas, que guardan una temperatura uniforme a lo largo del año. Algunos tenían pajares, despensa y pozo. Con el fin de mantener este patrimonio y esta forma de vida no tan lejana en el tiempo, el ayuntamiento ha comprado y rehabilitado dos silos, el del Tío Colorao y el del Tío Zoquete en los que se ha recreado la vida de las familias que los ocuparon, dos auténticos museos que nos transportan al momento en el que estuvieron habitados. Ambos silos pertenecen al recopilatorio de casas museo que ha llevado a cabo la fundación de Casas Históricas y Singulares en colaboración con el ministerio de Cultura.
Este molino es uno de los más antiguos existentes, con un origen que ronda los cuatrocientos años. Conserva intacta su estructura y maquinaria original y ha sido declarado Bien de Interés Cultural. Su propietario lo heredó de sus antepasados que lo utilizaron para la molienda hasta el siglo pasado. Además de este molino, en la zona existieron otros cuatro más de los que no queda ningún rastro. Fue restaurado en 1987 tratándose en la actualidad de un auténtico museo de la molinería. Su entorno ha sido acondicionado como lugar de ocio construyéndose una galería porticada, con las características propias de un patio manchego. Ofrece visitas teatralizadas para grupos todos los días de la semana, previa reserva, así como organización de eventos sociales y culturales.
La primera construcción fue un humilladero situado en el paraje de Prado Viejo, al cual acudían los pastores, pero a raíz de un milagro acaecido a uno de ellos levantaron la ermita actual, que data de 1660, más cercana a la población y próxima a las alamedas. En su interior destacan las pinturas de la cúpula, la reja churrigueresca del siglo XVIII así como la baranda del coro. Posee dos puertas, siendo la orientada hacia el paseo la principal. En ella se venera la imagen del Santísimo Cristo del Prado en cuyo honor se celebran las ferias y fiestas del mes de septiembre.
El edificio donde se encuentra actualmente fue concebido como cuartel de la Guardia Civil, y tanto él como la plaza se asientan sobre el terreno que en su día perteneció al convento de San Jacinto. Originariamente las casas consistoriales estaban ubicadas en la antigua plaza pública (actual plaza de Don Jesús Requejo) pero a causa de las epidemias acaecidas en el siglo XVIII, la población comenzó a asentarse más al otro lado del Arroyuelo, dejando esta zona convertida en un arrabal despoblado. Por otro lado, los principales edificios públicos precisaban de obras importantes para seguir manteniendo su funcionalidad, razón por la cual tras la desamortización de 1860 y la expulsión de los religiosos, el ayuntamiento se traslada al convento de San Jacinto acondicionándose su huerto como plaza pública. A mediados del siglo XX el convento sufre una serie de incendios que acaban destruyéndolo obligando a un nuevo traslado de las casas consistoriales, en este caso a las antiguas dependencias de la Guardia Civil, su ubicación actual.
Tiene su origen en la Real Ejecutoria de Villazgo de 1557 levantándose el 12 de mayo del mismo año a la entrada del camino que viene de Consuegra, para advertir que el municipio tenía jurisdicción propia pudiendo juzgar en primera instancia cualquier caso. Consta de una alta columna corintia de piedra con fuste estriado y capitel de una moldura plana con cuatro escudos labrados. Sobre el capitel se alza un templete de abalaustradas columnillas. El fuste conserva los “perrillos” de hierro a los dos tercios de su altura. Terminaba con un remate de piedra, que hoy se encuentra a la altura de la basa, del que salía una cruz metálica de San Juan. En el año 1970 se restauró y trasladó a su ubicación actual en la plaza del Ayuntamiento.
Terminó de construirse en 1785 respondiendo a un proyecto de Julián de Villanueva para la traída de agua desde la sierra, partiendo de la antigua cañería situada en el cerro del Cabezuelo del Rico (cuerno Cebrián), uniéndola con el ramal que venía de las Terradas. La fuente se ubicó próxima a las alamedas y al camino real de Andalucía. La piedra es de Colmenar y consta de frontón triangular con escudo, el más antiguo que conserva la villa. Hoy está muy cambiada, incluso su ubicación actual no coincide exactamente con la original. Posee un escudo que data de 1557 (Felipe II), al ser nombrada muy leal villa. Campo partido: a la siniestra la atalaya medieval, de tres cuerpos; a la diestra un moral sobre fondo azul que simboliza la fertilidad sobre un campo arado que recuerda la riqueza del terreno, abrazado todo por una cruz de malta sobre un fondo morado que representa el origen medieval, y rodeado por una inscripción: Prima ab Origine Nostra.
Esta casa-palacio data del siglo XVIII y a lo largo de su historia ha pasado por distintos propietarios y usos. Se caracteriza por su fachada, el torreón levantado sobre una vía pública y el patio, que se cierra con media naranja presentando tribunas en las paredes laterales. El diario “El Castellano”, en su edición especial de Madridejos de septiembre de 1928, la describía así: “Tras el zaguán hay una cámara espaciosa, de techo abovedado, con fuertes nervaduras góticas, que en las pechinas ostenta unos balconcillos o tribunas de barandal de madera… En el piso alto, otras cámaras que fueron salón o estrado y alcoba, una leyenda en azulejos reza que el 21 de marzo de 1796, de paso para Sevilla, pernoctaron aquí las majestades de don Carlos IV y su augusta consorte doña María Luisa”. Su propietario en 1796 era Joseph Matheo de Pando y Galiano, casado con Francisca Gallego, que ocupó todos los cargos públicos del municipio y tenía además contactos en la corte de Madrid, razón por la cual los reyes se hospedaron en su casa. Con los años, el palacio perteneció a los herederos de la condesa de la Cañada que en 1933 lo venderían al Servicio Nacional del Trigo siendo utilizado como almacén de grano. El ayuntamiento lo adquiere en 1979 y pasa aún por un periodo de abandono hasta ser finalmente restaurado, destinándose parte de su solar a centro de salud y el resto a casa de cultura, biblioteca y escuela de música.
La población de Madridejos se empezó a crear allá por el año 1200 en torno a una vieja mezquita musulmana construida a unos 100 metros de la vega del río Amarguillo, en el lugar donde hoy se encuentra el parque de la Caridad. La mezquita fue convertida en la parroquia de Santa María y próxima a ella se situó la plaza pública, alrededor de la cual se dispusieron los principales edificios: las casas Consistoriales, el cuarto del Peso, el pósito, la cárcel, la ermita de San Bartolomé, el Hospital de San Juan, las carnicerías y la casa de la Tercia, actualmente todos desaparecidos. A día de hoy sólo se encuentran en este lugar los siguientes edificios: la Atalaya, la ermita de la Caridad y el edificio de Garcilaso de La Vega.
Se conservan restos de un antiguo torreón árabe (s. XI) de carácter defensivo, situado junto a la ermita de la Caridad y que se ha usado como campanario de ésta. Observando la parte exterior podemos apreciar su origen árabe. Está formada por gruesos muros de sillarejo con alguna hilada de ladrillo y zócalo de mampostería con ladrillo en las esquinas. Ha sido enfoscada en su mayor parte y retejada a dos aguas, rompiéndose parte del muro para construir la espadaña de la Caridad.
Es la construcción más antigua que se conserva en Madridejos. Se erigió en el s. XIII al abrigo de su vecina la parroquia de Santa María, para dar responso a los difuntos más pobres. Es de construcción sencilla y se compone de tres altares y una capilla lateral. La reforma actual data del siglo XVIII, de la que habría que destacar su artesonado. Sirvió como parroquia a principios del siglo XIX al encontrarse en estado ruinoso la iglesia de Santa María. En el altar mayor se encontraba un escudo que fue el origen del que se utiliza actualmente. Tiene dos puertas, siendo la de poniente la principal.
Construido en 1931 sobre los restos del antiguo pósito y concebido como Instituto Elemental. A mediados de agosto de 1928, el consejo de ministros de Alfonso XIII, aprobó la ubicación de este centro docente en Madridejos, promovido principalmente por Jesús Requejo San Román, registrador de la propiedad, y José-María Vasallos, secretario del ayuntamiento. Hasta la guerra Civil se impartieron clases de bachillerato y en la actualidad es el colegio público del mismo nombre.
En principio fue un cuadrilátero cerrado por cuatro columnas de arenisca con capiteles adornados con bolas. Data del siglo XV tratándose de un lugar de oración al paso del camino real de Andalucía. Su planta es cuadrada con esquinas remarcadas por pilastras de piedra y puerta adintelada precedida por otra sujeta por dos columnas dóricas con alto plinto. La fábrica es de ladrillo aunque está revocado. Dentro de la pequeña capilla se encuentra una de las imágenes más antiguas que conserva Madridejos, muy venerada y con gran cofradía. Se cubre con un aljarfe a cuatro caras que, junto con la imagen del Crucificado del siglo XVI, es lo más interesante. Junto a ella se ha construido la actual ermita de San Sebastián, en sustitución de la que existió en su día, y que alberga la imagen del patrón de Madridejos.
Se trata de un convento de clausura ocupado por monjas clarisas franciscanas por lo que sólo es visitable el exterior. La idea de su fundación partió ya en 1619 de Magdalena de San Juan, vecina de este pueblo, pero no ocurrió oficialmente hasta 1656 siendo sus fundadores D. Francisco Díaz Gallego y Dª María Asunción Vázquez de Neira, sepultados bajo el altar mayor y cuyos escudos se encuentran encima de la puerta. Construido en mampostería y ladrillo, la iglesia tiene planta de cruz latina y coro elevado tapado con celosía. La espadaña es de dos ojos y la portada, de arco de medio punto con piedra adovelada. Al tratarse de una fundación particular el convento consiguió salvarse de la desamortización pero no así sus tierras y demás bienes. Durante la guerra Civil tanto el edificio como su archivo sufrieron serios destrozos, perdiéndose documentos y obras de valor incalculable. Terminada la guerra, se inició la reconstrucción estableciéndose en el año 1940 un colegio de primera enseñanza y una escuela de labores. En 1984 el cardenal Marcelo González, viendo el estado de deterioro del convento, autorizó a las religiosas a salir para recoger fondos destinados a su rehabilitación que finalizó en 1993.
Se empieza a construir en 1871 y, gracias a 7 vecinos de la localidad que sufragaron los gastos y a la participación de numerosas cuadrillas de albañiles, se terminó en un tiempo record. Su forma es ovalada y está construida en tapial encalado con refuerzos de ladrillo. El ruedo fue excavado y con la tierra extraída se realizaron parte de los machones sobre los que se elevan las gradas asemejándose su estructura a la de un anfiteatro romano. A pesar de estar declarada Bien de Interés Cultural, su estado de conservación ha llegado a ser lamentable y actualmente se encuentra en fase de rehabilitación tras haber sido adquirida por el ayuntamiento.
Está destinada a realizar actividades de educación ambiental con centros escolares, asociaciones y grupos organizados. Se encuentra situada en una zona de variada biodiversidad, ya que encontramos una mezcla de distintos ecosistemas que confluyen en las inmediaciones. El paisaje característico es un mosaico en el que se conjuga el monte mediterráneo (encinas, coscojas, quejigos…), repoblaciones de pino piñonero, cultivos de olivar y pastizal. La fauna propia del lugar es el conejo, zorro, gato montés, corzo, ciervo, jabalí, águila real, etcétera. La sierra de Valdehierro se encuentra a 15 Km del municipio de Madridejos (Toledo), inmersa en las estribaciones occidentales de los montes de Toledo. Su enclave es privilegiado al ser frontera entre dos comarcas naturales, los montes de Toledo y los humedales de La Mancha. Las instalaciones se encuentran muy cerca de lugares de gran importancia natural y cultural. Hacia el norte limita con llanuras donde se pueden observar aves esteparias y a pocos kilómetros nos encontramos con importantes complejos lagunares (Alcázar de San Juan, Quero, Quintanar de la Orden, etcétera).