Méntrida
Cuevas del Cerro de los Castillejos
Panorámica
Información de Méntrida:
Teléfono: 918 177 002
Web: https://www.mentrida.es/la-villa-de-m%C3%A9ntrida/historia-de-la-villa
Info:
Historia
Patrimonio artístico
Catalogación de aves
Senderos
Email:
Méntrida es tradición, historia y patrimonio forjado a lo largo de los siglos, legado de generación en generación, hasta adquirir una personalidad propia. Es un pueblo con identidad, con un pasado histórico que hunde sus raíces en los remotos tiempos medievales, con un patrimonio cultural y natural que honra a sus gentes y con unas tradiciones seculares cuidadas con mimo, respetadas con veneración y transmitidas de padres a hijos con orgullo.
Municipio que se fundó en el siglo XII pero en cuyo término se han encontrado restos arqueológicos de asentamientos desde época prerromana en la dehesa Berciana, que conforma un magnífico ejemplo de bosque mediterráneo adehesado, poblado de encinas centenarias. Al margen del interés paisajístico y de su riqueza en flora y fauna autóctonas, la dehesa Berciana ha sido para los mentridanos escenario de entrañables episodios históricos. Arroyos como el Juncal cruzan sus tierras y crean un bello entorno paisajístico donde los bosque se mezclan con los campos de cultivo y los viñedos, de ahí su importancia vinícola donde la D.O. Méntrida se ha convertido en un caldo de excelente calidad para los amantes del vino.
Localidad donde disfrutar de un turismo enológico para degustar sus vinos y aprender de la elaboración de esta exquisita bebida. No solo enoturismo va a encontrar el visitante sino que los apasionados de la naturaleza pueden disfrutar de diferentes rutas de senderismo a lo largo de su territorio para contemplar la belleza natural de esta parte de la provincia de Toledo. Completa la oferta turística su patrimonio cultural inserto en la parte antigua de su casco urbano declarado conjunto histórico.
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¿Qué ver?
El más importante y emblemático es este templo parroquial, de línea renacentista, del siglo XVI. Llama la atención su esbelta torre rematada en airoso chapitel. En su interior se conserva un amplio artesonado mudéjar, interesantes retablos y esculturas, antiguos ornamentos y objetos para el culto, cruz parroquial y custodia gótica de plata, pila bautismal, excelente órgano tubular barroco, todo ello de los siglos XVI, XVII y XVIII. El templo fue declarado Monumento Histórico-Artístico Nacional.
De mediados del siglo XVII, de estilo barroco, centro de peregrinación de los mentridanos que visitan constantemente a su amada patrona. En su interior: retablo barroco del siglo XVII, soberbio trono de plata para la imagen de la Virgen, camarín, de finales del siglo XVII.
De filiación estilística neomudéjar, su cronología data de 1918. Ubicada a 3 kilómetros del pueblo, fue construida por el maestro albañil Andrés Gómez, destaca la portada con arco apuntado y polilobulado de tradición mudéjar. Sustituye a la primitiva ermita que ardió una noche de 1917, intencionadamente como venganza contra el guarda del monte, que, en ella había encerrado los aperos y una carga de bellotas, que al parecer habían robado los incendiarios.
Su cronología abarca desde el siglo XVII al XX. El trazado urbano de Méntrida está definido por su adaptación a una topografía irregular ya que la población se hallaba asentada sobre unos cerros cuya fuerte inclinación le otorgan un aspecto singular. El trazado de sus calles se acomoda, pues, a las exigencias de su emplazamiento. Un lugar ancho y espacioso es su plaza Mayor, espacio rectangular al que afluyen dos calles pasantes de altura desigual y que recorren sus lados menores y dos series de edificios repartidos en sus flancos más extremos. Es decir, se ha ordenado y delimitado siguiendo una rigurosa orientación respecto a los puntos cardinales, ya que las calles se orientan en dirección norte- sur, mientras que las series o cortinas de los edificios lo hacen de este a oeste. En el lado de la calle que mira al norte se asienta una recia escalera de doble tiro. Esta plaza tiene, como todas las plazas Mayores su importancia de primer orden ya que además de cubrir las necesidades comerciales y de relación ciudadana, en ella se encuentran los edificios institucionales como el ayuntamiento, una ermita, viviendas populares de balconada y de registro más culto, etcétera. El perfil de la localidad, que obtuvo el fuero de villa en época de los Reyes Católicos, cuenta con la dominante silueta de la iglesia parroquial de San Sebastián, obra del siglo XVI que posee una monumental torre de campanas que la dota de una impronta inconfundible. El chapitel que la corona se eleva con una gran verticalidad contrastando vivamente con el volumen horizontal y casi cerrado del templo. Otros edificios a destacar son el ayuntamiento y el posito (ambos del siglo XVIII) y el matadero (siglo XX) que, junto a las viviendas populares, ayudan a configurar y mantener la calidad del tejido urbano de la villa. Extramuros de la población se alza la ermita de la Virgen de la Natividad, sobre la vega del arroyo, en el antiguo asentamiento de Berciana, origen al parecer de la actual localidad de Méntrida.
Conocida como plaza Grande, es un amplio espacio rectangular cerrado delimitado en los lados menores por dos calles pasantes, es decir, no confluyen directamente en la plaza, a alturas diferentes por la desigualdad del terreno. Delimitado también por los edificios, teniendo a un lado, el ayuntamiento, en el de enfrente, la casa del pósito (hoy casa de la cultura), y al fondo un baluarte, centrada en la plaza se alza una farola de hierro de varios brazos.
Data de finales del siglo XVI y siglo XVII. El edificio se ha conformado al parecer sobre la construcción primitiva de finales del siglo XVI y en sucesivas adaptaciones ha originado el resultado actual. Se articula en torno a un volumen de dos alturas con una planta rectangular irregular cuyo lado mayor ocupa la fachada principal. En la planta superior, a la que se accede a través de una escalera de doble tiro, se encuentran las dependencias del ayuntamiento, entre las que destaca el salón de sesiones, que conserva un interesante decoración de finales del siglo XIX y que se debería conservar y proteger de intervenciones desacertadas. Los restos de mayor antigüedad están en la planta baja, en la cárcel que allí se localizaba, con los calabozos, puertas de carpintería y cerrajería originales (bisagras de pasador en fundición y carpintería de roble macizo, algo tosca pero de interés). La fachada presenta una gran austeridad y dignidad compositiva, aunque está remozada imitando una serie de sillería en paramentos como en recercado, de modo totalmente inadecuado.
Edificio del siglo XVIII, aunque como tal no existe, hoy es la casa de la Cultura, pero conserva su fachada original, con algún cambio, así en la puerta principal hay una inscripción que dice: “Se edificó en 1783, reinando Carlos III”. Los pósitos o alhóndigas eran graneros, especialmente de trigo, creados con el objeto de prestar grano a los labradores, tanto para cubrir sus necesidades alimenticias como para sembrar en el otoño. El edificio del pósito de Méntrida se levantó frente al ayuntamiento, formando parte de la plaza Grande. El desnivel con la calle Baluarte sirvió para abrir puertas a cada una de sus dos plantas, quedando la parte bajera para matadero público con carnicería y en el piso alto para granero con acceso a la calle Baluarte.
De filiación estilística renacentista, aproximadamente del siglo XV. Se compone por una gruesa y rechoncha columna de piedra berroqueña, con basa y capitel circulares sobre cuatro gradas de planta circular. Tiene dos molduras superpuestas y sobre los salientes leones, de los que solamente quedan tres, otro fuste y capitel cilíndricos sobresale por encima del anterior, rematado todo con un cono y bola de hierro. Fueron los Reyes Católicos los que dieron fuero de villa, a esta población, por lo que el royo inicial debió ser de ese momento, (siglo XV). Ubicado en la plaza Grande, en los años 1930 fue demolido, y se ha recuperado reponiendo las piezas que faltaban.
La construcción de bodegas subterráneas para almacenaje de vino, tiene en Méntrida su origen ligado a la edificación de las viviendas de los cosecheros lugareños, como espacios vinculados a la bodega en superficie, donde se ubicaba el lagar, ámbito específico destinado a la elaboración de los caldos. Es habitual encontrar dichas cuevas-bodega, diferenciadas del espacio dedicado a bodega, donde estaba la viga correspondiente para prensar el mosto y los recipientes (tinajas y cubas) para la elaboración del vino.