Ontígola

Ontígola hunde sus raíces hasta la época romana para iniciar su andadura en la historia como así demuestran los restos arqueológicos de una calzada romana y la villa romana de Aurelia, actual Oreja, hoy un despoblado deshabitado. Posteriormente continuaría su poblamiento, jugando un papel importante en época islámica cuando se construye su castillo del siglo X aprovechando los escarpes del río Tajo y convirtiéndolo en una fortaleza difícil de conquistar. Será a partir del siglo XII cuando el castillo y poblado de Oreja comienza a ser abandonado y va creciendo poco a poco el núcleo urbano actual de esta villa, que configuraría su estructura urbana actual con construcciones y monumentos de arquitectura popular como su iglesia parroquial. Pasear por sus calles y callejuelas es recordar ese pasado y descubrir curiosidades como sus casas cueva, de fachadas blancas y pintorescas chimeneas cónicas que rezuman ese sabor tradicional de antaño.

Tierras prácticamente llanas que pertenecen a la llanura de esta comarca donde predominan los campos de cultivo. En parte de su territorio se abren barrancos que crean abruptos valles fluviales de pequeños arroyos que desembocan en el río Tajo, el cual hace de límite de su término municipal en la parte norte. La presencia de este gran río aporta un entorno medioambiental de excelente calidad en su valle junto a los restos del castillo y el poblado de Oreja, área paisajística de especial belleza en la que se puede observar una vegetación y una fauna típica de las zonas de ribera. Varios arroyos desembocan en esta zona creando esos abruptos barrancos y cerros de difícil acceso como en el que se sitúa el castillo, ese modelaje del paisaje le otorga una singularidad única en esta parte de La Mesa de Ocaña.