SAN PABLO DE LOS MONTES DISFRUTA DURANTE EL 25 DE ENERO DE SU FIESTA MÁS PECULIAR Y ETNOGRÁFICA PARA RESALTAR EL CARÁCTER Y LA PERSONALIDAD DE LOS SAMPABLEÑOS
La Fiesta de la Vaca conmemora la conversión de San Pablo, patrón de la localidad. En ella se celebran diversos actos cargados de singularidad e idiosincrasia donde se mezcla el carácter religioso y el profano.
UNA FIESTA DE CARÁCTER ANCESTRAL PARA MOSTRAR EL SER Y LA IDENTIDAD DE LOS VECINOS Y VECINAS DE SAN PABLO DE LOS MONTES
En la Fiesta de la Vaca cada quinto tiene una misión concreta que cumplir, destacando personajes tan peculiares como el Vaquero, que va vestido con un traje corto y en la mano, simulando la cabeza de la vaca lleva un palo largo rematado, en uno de sus extremos, por unos cuernos adornados con cintas de colores. La Madre Cochina es un quinto disfrazado de mujer, que asedia a las jóvenes intentando levantarles las faldas, o el Escobones, que se encarga de limpiar los supuestos excrementos de la vaca. El resto del grupo encarna a los cencerreros que llevan colgados de la cintura cencerros con los que van armando gran alboroto.
UNA FESTIVIDAD DE INTERÉS TURÍSTICO REGIONAL QUE COMIENZA UNOS DÍAS ANTES, SIENDO LA NOCHE DEL 24 DE ENERO EL PUNTO DE PARTIDA DE ESTA ARRAIGADA CELEBRACIÓN
Esta celebración comienza días antes de la festividad con la reseña que es el anuncio de la proximidad de la fiesta, saliendo los quintos de ese año a “correr” las calles del municipio por la noche haciendo sonar los cencerros. Días después se celebra la “luminaria”, noche anterior al Día de Vaca; se trata de una gran hoguera que se enciende por los quintos con leña que han recogido durante el día para que se calienten los asistentes; esta velada se ameniza con chocolate y posterior baile.
UNA FIESTA PROFANO- RELIGIOSA QUE SE COMPLETA CON ACTOS LÚDICOS PARA EL DISFRUTE DE VECINOS Y VISITANTES
El día 25 de Enero, en esta original fiesta, los quintos, ataviados con atuendos típicos, “corren” a los forasteros sujetándolos por los brazos y pinchándoles con “la vaca” (par de cuernos de vaca unidos a un palo o astil y adornados con cintas y flores) simulando que el forastero es corneado por una vaca mientras los quintos hacen sonar incesantemente los cencerros a su alrededor, formando gran alboroto, interrumpiendo en varias ocasiones la procesión que recorre las calles con las imágenes de San Pablo y San Sebastián. Cuando llegan a la casa consistorial le invitan a tostones y limonada y vuelven a repetir la operación con otro forastero o vecino.
Antes de que ésta finalice esconden a la Madre Cochina para que los casados no la encuentren. Una vez concluida la procesión y mientras la gente está en misa, los casados, a los que han dejado la vaca, se dedican a buscar a la Madre Cochina, La duración de la misa, es el plazo que tienen para encontrarla, si lo hacen ellos son los encargados de «correr a la vaca, sino, serán los quintos los que lo hagan.
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