Talavera de la Reina


Colegiata de Santa María

Torres Albarranas. Muralla

Información de Talavera de la Reina:

Teléfono: 925 826 322
Web: https://www.turismotalavera.com/
Info: Ronda del Cañillo, s/n (45600)
Guía turística
Email: oficinaturismo@talavera.org

La historia nos sitúa a Talavera de la Reina desde época romana como Caesarobriga o la visigoda Ébora pero sería en época musulmana, Talabayra, cuando la ciudad va perfilando su nombre hasta que el rey cristiano Alfonso XI en el año 1328 le regala a su esposa María de Portugal la ciudad de Talavera, y a partir de ese año tomaría el nombre actual. El patrimonio talaverano va a surgir con fuerza tanto en época musulmana como en la posterior reconquista cristiana, creándose ese gran recinto amurallado que encontramos por diferentes partes del casco antiguo de la ciudad y que son la base del resto de monumentos que descubriremos tanto dentro como fuera de su centro histórico.

Desde el siglo XVI se ha convertido en la famosa “Ciudad de la Cerámica”, centro artesano por excelencia en la península, de donde han salido azulejos para decorar monumentos y edificios de toda España. Llegaría a su culmen con el ilustre ceramista, Juan Ruiz de Luna, que depuraría y refinaría la técnica de elaboración de esta artesanía. Tanta es la importancia de este oficio artesano en Talavera y comarca que en el año 2019 se le otorgó el mayor reconocimiento a nivel mundial por la Unesco, el de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.

En Talavera podrás descubrir además de sus importantes espacios culturales, un entorno natural destacable teniendo al río Tajo como protagonista. Se pueden realizar distintas rutas de senderismo y actividades como el ciclismo, la pesca, el golf o el piragüismo gracias al riquísimo entorno natural que envuelve a esta ciudad. Territorio donde los entornos de gran valor paisajístico junto al río Tajo, como el Centro de la Naturaleza de la Isla de los Molinos o las Barrancas de Cerro Negro junto al paraje de Palomarejos, van a permitir al visitante deleitarse de una flora y fauna característica de ribera. Talavera, ciudad de contrastes paisajísticos donde además de la ribera podemos descubrir un paisaje de berrocal y sotobosque mediterráneo en el entorno del embalse de La Portiña, un escenario acuático con pinares y encinares donde tuvo lugar la famosa batalla de Talavera contra los ejércitos napoleónicos en la guerra de la Independencia.

Tierras de Talavera impregnadas de historia a lo largo de los siglos, con un rico patrimonio cultural y natural que sorprenderá al visitante disfrutando de una variada oferta turística. Talavera ciudad de los sentidos donde el placer de la cultura enlaza con una tradicional gastronomía en la que degustar un patrimonio artesano que funde sus raíces en un paisaje pintoresco caracterizado por los contrastes. Matices tan dispares pero cargados de tanta autenticidad que hacen de la visita a Talavera de la Reina una experiencia única para los sentidos.

Información Turística

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¿Qué ver?

Basílica de la Virgen del Prado (siglo XVI - XVII)

La tradición cuenta que fue templo romano donde se daba culto a la diosa Ceres, cristianizada en el año 602 por Liuva II para dar cobijo a la que es hoy patrona de la ciudad, Nuestra Señora del Prado. La que fue denominada Reina de las Ermitas por Felipe II, fue ampliada y reestructurada considerablemente en el siglo XVI, aportándola tres naves separadas por pilares redondos de gran tamaño y cubriéndose con artesonados de madera de clara influencia mudéjar. Una de la notas particulares de este magnífico edificio es la rica colección de azulejos de Talavera que ostenta, por la que se le ha denominado “Capilla Sixtina” de la cerámica, a lo largo de todos sus paneles exteriores e interiores se pueden contemplar todo un recorrido por la historia de la cerámica talaverana. En 1649 sufrió una profunda remodelación que le dio el aspecto que presenta hoy en día, consistente en la construcción de una capilla mayor que amplió la ermita existente. Las obras fueron trazadas por el arquitecto barroco fray Lorenzo de San Nicolás siendo en 1669 cuando se remata la capilla mayor. Durante la invasión francesa sufrió graves desperfectos, dedicándose el lugar a herrería y carretería. Una nueva reconstrucción se acometió en 1827 a cargo de los albañiles Manuel González de los Ríos, Faustino Jiménez y Manuel Ballesteros. El edificio es de planta de cruz latina, con una acusada verticalidad. Del brazo principal se desdoblan, en ambos costados, sendas naves menores. El crucero se cierra con cúpula de media naranja sobre tambor mientras que la bóveda del cuerpo principal es de cañón. Al fondo de la iglesia se sitúa el coro y balcón. Existe además una reja aislando el crucero de la nave principal. Los pilares que se levantan en la crujía intermedia son de clave dórica, con cornisa corrida de aspecto barroco en tramo abovedado. La puerta de poniente, que es el acceso central, se halla bajo una protección de teja exterior y tiene un espacioso vestíbulo, sustentado por columnas de piedra, todo el exterior es de fábrica de ladrillo.


Jardines del Prado y lago de la Alameda

Mezcla de diferentes estilos europeos y árabe con predominio del estilo del jardín francés. Tradicionalmente El Prado había sido lugar de reunión, esparcimiento y paseo para la ciudad, pero su diseño y construcción se llevó a cabo en 1864. También ha sido objeto de reformas y restauraciones. La decoración con cerámica talaverana y la utilización del ladrillo muestra la influencia cultural que el legado árabe y mudéjar dejó en la ciudad. Destaca la fuente de las Ranas (Ruiz de Luna), el templete de música y las hornacinas de su paseo lateral.

Iglesia de Santa María la Mayor (La Colegial) (s. XIII)

El origen de la iglesia colegial de Santa María la Mayor parece remontarse a la época romana, como templo situado en el foro de la ciudad de Caesarobriga, posiblemente dedicado a Júpiter. Durante la edad media, hay constancia que el arzobispo Rodrigo Jiménez de Rada ordenó la construcción de un nuevo templo en 1211. Pero las obras, tal y como la conocemos hoy, empezaron a finales del s. XIV, cuando la villa pertenecía a la mitra toledana, por iniciativa del arzobispo D. Pedro Tenorio. En 1446 estaba finalizada la capilla mayor y, en torno a 1469, se llevó a cabo la obra del claustro. En tiempos de Cisneros, ante el peligro de desplome del edificio, se colocaron unos travesaños entre los pilares a modo de tirantes. A principios del s. XVIII se añadieron los cuerpos superiores de la torre y se construyó una nueva sacristía con bóveda de cañón. Durante el arzobispado del cardenal Lorenzana se hicieron diversas reformas, incluyendo el pavimento con mármol. Fue saqueada por los franceses durante la guerra de la Independencia, e incendiada en 1846. El edificio funcionó como colegiata hasta 1851. El estilo arquitectónico utilizado fue el propio de la época de su comienzo -gótico-mudéjar-, evolucionando con el trascurso del tiempo en renacentista con algunos añadidos barrocos. La planta del edifico es rectangular, con tres naves longitudinales rematadas por ábsides poligonales y sin crucero. Las tres naves están cubiertas por bóvedas de crucería, con terceletes en la nave central. Destaca su rosetón gótico flamígero fabricado con técnicas de ladrillo mudéjar en el XV. El retablo mayor es neoclásico, y está presidido por un lienzo de la Asunción de María de Mariano Salvador Maella. El claustro se construyó en el siglo XV en estilo gótico mientras que la sacristía se construyó en el XVI, y está presidida por una imagen de la Virgen del siglo XV, probablemente la que presidía el antiguo retablo mayor. Los cuerpos superiores de la torre se construyeron a principios del siglo XVIII en estilo barroco.

Convento de Santa Catalina (San Prudencio)

Fundada por el arzobispo Tenorio como Santa Catalina, pasó a manos de los Jerónimos por donación de éste y ante la negativa del clero talaverano de ocuparlo. Se convirtió en colegio de huérfanos con el nombre de San Prudencio, en recuerdo del hijo del fundador. Fue en su mayoría edificado a finales del siglo XIV e inicios del siglo XV en estilo gótico-mudéjar. Juan de Herrera reformó el exterior del testero dotándolo de grandes contrafuertes. La declaración como Bien de Interés Cultural del Colegio de San Prudencio comprende tres edificios situados en la calle del Cardenal Tenorio de Talavera de la Reina: 1) El colegio de San Prudencio, es un edificio rectangular de estilo mudéjar del s. XV, de dos plantas y planta baja y dos fachadas, una a la calle y otra a un patio que se forma con el patio de la iglesia. La disposición de las habitaciones y salas se hacen en torno a un pasillo en el primer piso y una galería en el piso bajo. 2) El convento de San Jerónimo, fundado en 1397 por el arzobispo de Toledo, Pedro Tenorio; es de planta cuadrada con patio interior (claustro) con tres órdenes superpuestos de arcos rebajados, también góticos. 3) Iglesia de San Jerónimo comenzada en 1455 e inaugurada en 1469, con añadidos posteriores que abarcan hasta el s. XVII; tiene una sola nave, con dos alturas en su interior, de estilo de transición del gótico al renacimiento en sus comienzos y con rasgos barrocos en sus últimas fases de construcción; es de fábrica de sillería y ábside semicircular.

Centro Cultural El Salvador (antigua iglesia de San Salvador de los Caballeros)

La iglesia del Salvador es una de las parroquias más antiguas de la ciudad. Las primeras referencias documentales se remontan a los años 1145 y 1205. Supuestamente fue fundada por los nobles talaveranos, motivo por el cual se le dio el nombre de El Salvador de los Caballeros. El artesonado se construyó en 1570 gracias a la donación que hizo desde América Miguel Ruiz de Herrera. Se trasladó a su interior desde la iglesia de San Ginés el sepulcro de García de Loaysa, arzobispo de Sevilla y confesor de Carlos V. En 1842 se le anexionó la parroquia de San Andrés, y luego junto con la de San Miguel se afiliaron todas a la colegial hasta el año 1898. La iglesia del Salvador es de estilo gótico-mudéjar donde se puede apreciar en el exterior un ábside mudéjar toledano realizado en ladrillo, en el cual se forman arcos entrelazados en el segundo y tercer cuerpo, y se ondulan en arcos lobulados. El zócalo del ábside está sobre mampostería encintada. La torre, de cuatro cuerpos separados por impostas, fue rematada en el siglo XVIII, aunque los primeros cuerpos son anteriores de estilo renacentista. También llaman la atención las rejas existentes cerrando los dos accesos al templo. El interior se cubre con bóveda de arista y la techumbre está formada por dos cuerpos, el primero compuesto por un artesonado de maderas tejidas y anudadas y el segundo posee un juego de cornisas y arcos de medio punto y con blanco de yeso. Esta antigua iglesia también cuenta con decoración cerámica en su presbiterio, donde se conservan paneles de azulejos del siglo XVI con motivos de los cuatro evangelistas y otros paneles decorativos de motivos vegetales y de ferrería.

Museo Ruiz de Luna

El Museo Ruiz de Luna ocupa parte del edificio del antiguo convento de San Agustín refundado en 1566 por el oropesano San Alonso de Orozco, que acometería la reforma de los agustinos recoletos en este cenobio talaverano. Este museo alberga una colección de cerámica del siglo XVI al siglo XX; cerámica con reminiscencia mudéjar de mediados del siglo XVI, serie tricolor, serie de helechos y golondrinas, y serie polícroma del siglo XVII, época de oro de la cerámica talaverana. El edificio consta de dos cuerpos arquitectónicos: la antigua iglesia y luego liceo de San Agustín, con una fachada de ladrillo de estilo barroco talaverano obra de Fray Lorenzo de San Nicolás; y de otro lado, el antiguo convento que tras la desamortización sería usado como almacén y después como colegio nacional.

Plaza de San Agustín

En el corazón del casco antiguo, es uno de los rincones más entrañables. En ella se encuentra la antigua iglesia San Agustín el Viejo, proyectada hoy como ampliación del museo de Cerámica Ruiz de Luna. Es obra del siglo XVII. Destaca su fachada; primera labor que realiza Fray Lorenzo de San Nicolás en el estilo llamado «Barroco de ladrillo», arquitectura muy típica en Talavera.

Plaza del Pan

Era conocida también como Plaza de Santa María. Es uno de los pocos espacios urbanos de la ciudad que ha sufrido remodelaciones y ampliaciones desde el siglo XVI, dándole un trazado cada vez más regular. Sobre este espacio orbita, hoy como siempre, la actividad administrativa y de servicios. Se denomina del Pan porque, antiguamente, era donde se ponía la calahorra, oficina municipal de venta de pan en tiempos de carestía.

Centro Cultural Rafael Morales (antiguo Hospital de la Misericordia)

Hace tiempo se sospechó que en este lugar había estado el foro romano de la antigua Caesaróbriga, algo que se confirmó en la primera década del siglo XXI con la reforma del Hospital de la Misericordia, hoy Centro Cultural Rafael Morales. Respecto al hospital es de destacar la recuperación de azulejos de numeración de camas, vajillas, frascos de medicamentos, azulejos de la antigua capilla y la localización de un fresco con un busto de Fernando VII, relacionado posiblemente con las reformas del primer cuarto del siglo XIX. De épocas más antiguas se ha registrado una ocupación alto y bajo medieval, muy pobre y arrasada en lo que a estructuras se refiere y otra romana de gran importancia por la calidad y conservación de los restos localizados, domus, foro, templos, calzadas, etcétera, que ocupan el sótano que se encuentra bajo el salón de actos. Estos restos arqueológicos, han incrementado el patrimonio histórico-arqueológico de la ciudad, y se van a convertir en un lugar imprescindible donde poder explicar y dar a conocer los orígenes de esta ciudad. Tras la rehabilitación, el edificio alberga un centro cultural, dedicado al poeta local Rafael Morales, donde se dan cita diferentes actos culturales tales como conferencias, exposiciones o talleres, siendo un centro de referencia para la ciudad de Talavera de la Reina.

Alfar del Carmen (Biblioteca Niveiro)

Está situado ante uno de los edificios con más historia de Talavera, la peculiaridad de este edificio, Alfar El Carmen, es que en otro tiempo fue además convento de los Carmelitas Descalzos de El Carmen y posteriormente fábrica de cerámicas. El edificio se encuentra situado en lo que fue el tercer recinto amurallado de la ciudad. Las obras del templo comenzaron en 1704, y no fue hasta 1711 cuando se consagró como iglesia de estilo barroco. La invasión francesa y la desamortización, provocaron graves daños en el convento hasta acabar con él. De este modo, en 1848 el antiguo templo pasa a ser fábrica de tinajas y un año después, en 1849, es adquirido por Juan Niveiro, que instala allí una fábrica de cerámica, llamada El Carmen. Hoy día, es el único alfar de la época en Talavera de la Reina, un claro ejemplo de arqueología industrial.

Puente Viejo

Es el puente más antiguo con los que cuenta actualmente Talavera sobre el río Tajo. Con un primer origen romano, la gran construcción se acomete hacia finales del siglo XV bajo la dirección de Fray Pedro de los Molinos, manteniendo, más o menos, el mismo aspecto que en la actualidad. De esta manera el puente ha estado en permanente reconstrucción. La última restauración ha tenido lugar en el año 2002. La parte más primitiva, de origen romano, se encuentra por debajo del nivel del agua, y corresponde con los cimientos del primer tramo. Este antiguo puente seguía en línea recta hasta la isla situada enfrente de la orilla de la ciudad. En torno al siglo XIII se debió de variar el trazado con ese característico quiebro, y se levantaron algunos ojos con arcos apuntalados.

Puente Reina Sofía (Puente de Hierro)

La historia de este puente se remonta al año 1870, aunque su construcción no comienza hasta principios del siglo, en 1904. Su inauguración cuatro años después significó todo un hito para la ciudad, que veía como mejoraban sus comunicaciones con la histórica comarca de la Jara, Extremadura y Andalucía. Este puente supuso la aplicación de los principios constructivos surgidos de la revolución industrial, cuenta con 426 metros de longitud, repartidos en 10 tramos de hierro y acero. Fue restaurado en 1994.

Puente de Castilla-La Mancha

El nuevo puente atirantado de Talavera de la Reina es un prodigio de la ingeniería, es récord en el mundo en la tipología de puentes atirantados con un único mástil en hormigón pretensado de alta resistencia, contando con el pilono inclinado más alto de Europa.

Murallas árabes y torres albarranas

Las murallas de Talavera de la Reina fueron uno de los recintos defensivos más destacados en su momento, debido a su sólida construcción y las acometidas que sufrió durante siglos en diversas batallas e intentos de saqueos y conquistas. Talavera llegó a tener tres líneas de murallas, la primera y la que mejor se conserva, fue mandada construir por Abderramán III en el siglo IX, por lo tanto es de origen musulmán, aunque probablemente pueda llevar el mismo trazado de una muralla anterior romana o visigoda. Esta primera línea de muralla fue construida en piedra labrada y reforzada con mampostería, con una estructura fuerte que ha llegado hasta nuestros días. En ella se pueden observar restos reutilizados de épocas anteriores como lápidas romanas perfectamente visibles o restos de templos. La primera línea de murallas acordonaba la villa de la ciudad. Justo detrás de la muralla, en el llamado huerto de San Agustín, se construyó un gran palacio, la Alcazaba de Talavera, que estuvo en pie varios siglos, siendo utilizado por reyes y nobles católicos posteriormente tras la marcha de los musulmanes de España. Aún se aprecian restos arqueológicos como la entrada o lo que parece una pequeña capilla. En ella, por ejemplo, fue mandada degollar doña Leonor de Guzmán, favorita del rey Alfonso XI, que tras morir éste último en Gibraltar, su esposa, doña María de Portugal, reina que da apellido a la ciudad, cansada de años de aguantar dicha situación, optó por esta cruenta opción. En el siglo XIII, la muralla se reforzó con un número de torres albarranas, de gran tamaño, que posibilitó la mejor defensa de la ciudad. Estas torres, todo un símbolo de Talavera, fueron originalmente 17 instaladas a lo largo de todo el recorrido, aunque en la actualidad solo quedan 8, algunas en perfecto estado, otras casi derruidas, y otras reutilizadas para otros fines, como la situada en la calle Corredera, en la cual se instaló una capilla dedicada al Cristo de los Mercaderes en 1752. De esta primera línea de muralla numerosas puertas de entrada a la ciudad existían, pero tan solo nos quedan restos de la Puerta de Mérida, situada en la actual calle de San Clemente. Posteriormente se construyó otra línea de muralla, la que cercaba los arrabales mayores o nuevos, datada entre los siglos XII y XIII. Fue levantada en tapial de barro, por lo que con el paso del tiempo no quedan prácticamente restos, tan solo el arranque anexo a la primera línea de muralla situado en la calle Carnicerías. Sufrió numerosas reparaciones e incorporaciones, y contó con numerosas puertas. De estas puertas hoy en día tenemos la suerte de poder observar la puerta de Sevilla, situada en la calle Carnicerías; la torre del Polvorín, situada en la convergencia de las calles Ronda del Cañillo y Cabeza del Moro; parte de la puerta de Zamora, situada en la plaza de Zamora; y una torre en la Plaza de San Miguel. Del tercer recinto, también construido en tapial de barro, y el cual sirvió para cercar los arrabales viejos, tan solo quedan restos de sus cimientos y los escudos de la puerta de Cuartos, los cuales se encuentran en la parte trasera de la basílica del Prado.

Puerta de Sevilla

Como en el caso de las puertas de Mérida, Toledo y Zamora, su nombre indicaba la ciudad principal en cuya dirección se encaminaban los viajeros que salían de Talavera. Próxima al Alcázar, pertenece al segundo recinto amurallado. Es una construcción muy sencilla, con un arco de medio punto construido en ladrillo con merlones sobre él y con el escudo de armas del cardenal Quiroga, arzobispo de Toledo que la manda edificar en 1579.

Puerta de Zamora y cárcel de la Santa Hermandad

La puerta de Zamora formó parte del segundo recinto amurallado. Junto a ella y aprovechando parte del muro de la cerca estuvo la antigua cárcel de la Santa Hermandad Real y Vieja de Talavera, nacida en 1300.

Museo Etnográfico (s. XVIII)

El museo Etnográfico de Talavera de la Reina se ubica en uno de los edificios industriales más antiguos de la ciudad, un lagar del siglo XVIII donde se transformaba aceite y el yacimiento arqueológico de Tenerías, espacio dedicado al curtido de pieles, ambos pertenecientes al monasterio de Santa Catalina de la Orden de San Jerónimo. El museo Etnográfico muestra una colección cultural relacionada con la identidad del pueblo talaverano y su comarca a lo largo de su historia a través de sus manifestaciones de patrimonio material e inmaterial. La sala permanente se articula en cuatro áreas: La primera de ellas está dedicada a Las Mondas, fiesta de Interés Turístico Nacional y una de las fiestas más antiguas de España, ya que se cree que su origen puede se prerromano. En la actualidad se celebra en honor a la Virgen del Prado, patrona de la ciudad, a la cual, los pueblos de la comarca que participan llevan ofrendas hasta la basílica del Prado. La sala acoge elementos distintivos del cortejo como es una monda original y el carrito de Mondas de Gamonal, recubierto de romero y tirado por dos carneros. La segunda sala trata del Alfar de los Galanes, donde se acoge una amplia colección de cacharros y piezas procedentes del último alfar de cerámica popular o alfarería de basto, que se mantuvo en pie desde 1918 hasta 1991. El visitante podrá ver las diferentes herramientas con las que trabaja el alfarero y todas las piezas de uso meramente operativo que realizaba. La tercera sala está dedicada al comercio tradicional de la ciudad, siendo su mayor exponente la sombrerería de Cándido Martín. La colección se completa con el almacén visitable del museo, en el cual se ubica la tienda y el taller original de la sombrerería. Allí el visitante podrá conocer, a través de un vídeo explicativo, el curioso proceso de la fabricación de un sombrero. En la cuarta sala, dedicada a la cerámica artística, se puede ver un conjunto de piezas procedentes de distintos alfares de la ciudad como son; El Carmen, la Menora y Nuestra Señora del Prado. Un lugar dedicado a mostrar, también, los procesos técnicos y artísticos que intervienen en la loza de fama mundial.

Iglesia de Santiago el Nuevo

La iglesia de Santiago el Nuevo está bajo la advocación del apóstol Santiago. En su origen pudo ser una antigua sinagoga, debido a su estructura carente de ábside. Su estilo es mudéjar o románico con influencia mudéjar, datando su construcción en el siglo XIV, aunque posee también influencias góticas. La planta es rectangular, sin cabecera y su distribución es en tres naves, que se separan por pilares y arcos de piedra túmidos, que son rematados en cabecera de testero plano. En la fachada occidental, se puede apreciar un pequeño rosetón realizado en ladrillo pese a sus trazos, y en la parte inferior hay vanos que iluminan el interior rodeados de arcos de herradura apuntados y polilobulados. En el norte y el sur del edificio están las puertas de acceso a la iglesia, que tienen arquivoltas de ladrillo ligeramente apuntadas. En la fachada oriental hay una aplicación de piezas de cerámica del siglo XIV-XV en el paramento. Pese a su reducido tamaño, esta iglesia cuenta con capillas, como la de San Sebastián, en el lado norte junto a la torre, datada en el siglo XVI. En ella se puede apreciar un arco carpanel.

Iglesia de San Andrés

Las primeras referencias en las que aparece la parroquia de San Andrés pertenecen a principios del siglo XIII. La iglesia fue reconstruida en el siglo XVI y cuando en el siglo XVIII el rey Fernando VI implantó la Real Fábrica de Sedas, Oro y Plata en Talavera, esta parroquia estuvo fuertemente vinculada a esta primera industria. Durante la guerra Civil sirvió de refugio a los huidos republicanos. En esta parroquia tenían su función religiosa la Hermandad de la Caridad de San José, integrada por los obreros y maestros de la Real Fábrica de Seda, Oro y Plata de Talavera. La iglesia es una fábrica de aparejos toledanos que refleja fielmente su interior con planta rectangular de una sola nave, la cabecera está separada con un arco de medio punto, aparejado en ladrillo. El altar mayor posee una hornacina abocinada que soporta el retablo del siglo XVII de «San Andrés» por un autor desconocido. Desde aquí, podemos observar el maravilloso artesonado octogonal, fiel exponente del arte mudéjar tardío. El coro se sostiene por dos fustes romanos que descansan sobre capiteles dóricos, su balaustre de madera totalmente tallado se asemeja al encaje de bolillos. El zócalo de cerámica probablemente del siglo XVII, parece que perteneció a la desaparecida iglesia de San Clemente. El último de los hallazgos se encuentra en las paredes de la iglesia, con unas pinturas descubiertas que ocupan íntegramente el cuerpo de la iglesia, incluyendo la zona del bajo coro y parte de la capilla mayor. Las pinturas imitan tejidos de la época como queda recogido en el libro de fábrica del templo que se conserva en el archivo de La Colegial de Santa María la Mayor. Se trata de unas pinturas del barroco tardío que simulan paños de damasco y brocados atados entre sí por cordones con lazos.

Convento de las madres Bernardas (monasterio cisterciense de la Encarnación)

Monasterio cisterciense de la Encarnación está ubicado en la plaza de San Pedro, en pleno corazón de Talavera. Este emblemático edificio del casco antiguo abrió sus puertas por el empeño que Don Rodrigo de Albornoz y Doña Teresa de Saavedra, tíos del histórico cardenal Gil de Albornoz, pusieron en la creación de una fundación religiosa cuyas primeras hermanas llegaron de Valladolid y Toledo para poner en marcha un proyecto de vida espiritual bajo la doctrina y vida de San Bernardo. De estilo barroco, líneas rectas y ladrillo visto, se levanta la fachada principal del templo conventual donde descansan los restos del mencionado cardenal Gil de Albornoz. Declarado Bien de Interés Cultural, el monasterio de la Encarnación guarda entre sus muros pinturas y esculturas como «La Anunciación», anónimo del siglo XVIII pintado sobre cobre, o «El nacimiento de Jesús», lienzo atribuido a Maella. Merecen especial mención los murales cerámicos que el edificio luce en sus fachadas como la azulejería de la portada de la iglesia en la plaza de San Pedro, con el tema de la Anunciación, o la representación de San Bernardo sobre la entrada de la calle homónima. Unas obras del siglo XVII.

Convento de las Madres Carmelitas Descalzas (monasterio de San José)

Bajo la advocación de San José, fue fundado el 3 de mayo de 1595 por la madre Catalina de San Francisco, sobrina del Padre Nicolás De Oria y heredera de su espíritu. Contribuyó a la fundación la madre Luisa de la Cruz (Luisa de Padilla, condesa de Santa Gadea). En el interior se conserva un extraordinario retablo barroco y dos esculturas de Juan Pascual de Mena (siglo XVIII), un San José con el Niño y una de Santa Teresa en actitud mística. Sobre el coro pueden apreciarse unas pinturas del siglo XVII. También es meritorio el púlpito labrado en madera. Este convento conserva en un relicario una carta autógrafa de Santa Teresa de Jesús.

Monasterio cisterciense de San Benito

El monasterio de San Benito es el más antiguo de la ciudad de Talavera de la Reina, como lo registran los más antiguos documentos de la ciudad. Una tabla de anotaciones de las monjas remonta su antigüedad hasta el año de 1022. El arzobispo de Toledo, Don Raimundo, dispuso en el año 1126 el traslado del monasterio al interior de la ciudad, por haber quedado deshabitado el lugar que ocupaba. El edificio quedará anexionado a la muralla de la ciudad, como atestiguan las hornacinas que se encuentran en algunas partes de la misma. La reconstrucción del monasterio fue objeto de numerosas donaciones de los reyes castellanos. El correr del tiempo y los avatares históricos fueron dejando profundas huellas en el enclave monástico. Su claustro de bella arcada es renacentista, momento que coincide con el máximo esplendor de este convento. En su interior fueron hallados restos de origen árabes con algunas inscripciones.

Iglesia de Santo Domingo

Fundado en 1520 bajo la advocación de San Ginés, nombre de la antigua parroquia que aquí existió, y regido por religiosos dominicos. De estilo gótico del último periodo, consta de una sola nave y en el exterior, destacan el ábside de cinco paramentos, los contrafuertes y las ventanas de medio punto. La antigua portada renacentista está decorada con los escudos de García de Loaysa. En su interior, destacan además, a ambos lados del presbiterio, sendas hornacinas con los sepulcros de los que fueron padres del citado arzobispo, Don Pedro Loaysa y Doña Catalina de Mendoza, verdaderas joyas de escultura funeraria del primer tercio del siglo XVI, y el cenotafio del propio cardenal.

Iglesia de San Francisco

San Francisco fue otro de los cenobios talaveranos del que se conserva su iglesia, hoy parroquia del mismo nombre. En su lugar estuvo la parroquia de Santa Leocadia, iglesia del siglo XIII ya desaparecida. Es una iglesia de tres naves, la nave central más elevada, de cinco cuerpos unidos por arcos torales de medio punto y bóveda de cañón. En el exterior la fábrica es de aparejo mudejarista. Destaca por su valor artístico el vía crucis de cerámica diseñado por Francisco Arroyo. La iglesia de San Francisco se realizó con posterioridad al 1499. Es un templo de estilo herreriano que data del siglo XVI de planta rectangular. Toda la iglesia aparece corrida en su interior por una cornisa; un arco de medio punto da paso al presbiterio, de ábside plano y cubierto por bóveda vaída sobre pechinas. Al exterior, la fábrica de la iglesia es de aparejo toledano destacando la torre que remata la nave izquierda. Ésta consta de dos cuerpos y presenta vanos de medio punto en el superior estando rematada por una cornisa y un pináculo. La portada se sitúa a los pies, es de estilo herreriano también con frontón irregular sobre pilastras dóricas.

Iglesia de Santiago el Viejo (Santiaguito)

Está situada en la calle Templarios, es de estilo mudéjar y fue fundada junto al hospital de la Orden militar de Santiago en 1226. El conde de Cedillo lo describe así: «Conserva al exterior con su propio carácter el elegante y poligonal ábside, que se adorna con dos órdenes sobrepuestos de arquillos ciegos; semicirculares en el inferior, y en el superior de ojiva túmida inscritos en lobulados y un arco reentrante. Arte mudéjar. Siglo XIII» En el interior, los muros estaban decorados con azulejos en gran parte de su superficie. La cubierta, como en casi todos los edificios mudéjares, era de madera con tirantas horizontales.

Teatro Victoria

Se levanta sobre el antiguo corral de comedias del siglo XVII. Fue derribado en 1892. En el mismo predio en 1912 se construyó el edificio actual. El estilo del teatro es una combinación de arquitectura modernista con balcones metálicos historiados y azulejería de Ruiz de Luna, uno de los ceramistas más celebres de la ciudad, reproduciendo motivos alegóricos de la música y el teatro. El interior de estilo francés, acogedor, presenta adornos de escayola, balaustradas de buena cerrajería y pilares metálicos que encajan en una adecuada decoración.

Teatro Palenque

El teatro Palenque es el mayor teatro de la ciudad, por tamaño y aforo. El edificio que hoy ocupa es la antigua iglesia del colegio y casa de la Compañía de Jesús. En la fachada de ladrillo visto, que da a la calle con el mismo nombre, se aprecian perfectamente los muros originales.

Ayuntamiento (s. XVI-XVII)

Ocupa los edificios del palacio Arzobispal, la antigua audiencia y la casa palacio de la familia Cerdán con una cronología entre el XVI y XVII, destacando de ellos sus fachadas principales.

Plaza de Toros (La Caprichosa)

Fue inaugurada en las ferias patronales de septiembre de 1890 con un estilo historicista propio de las plazas de toros del siglo XIX. La actual plaza está compuesta por un gran graderío, corrales y dependencias complementarias. Los amantes del festejo taurino consideran esta plaza la meca del toreo.