Villaluenga de La Sagra

Localidad habitada desde época prehistórica, sus suelos han sido testigo de la población de celtiberos, romanos, visigodos y árabes hasta que en la Reconquista se inicia la configuración de esta villa conocida al principio con el nombre de Pegines. Población que fue importante durante el siglo XVI, época en la que se toma su castillo, hoy en día desaparecido, y que supuso la consolidación de su casco urbano. Pasear por sus calles es descubrir una arquitectura popular de sencillas viviendas donde destaca su iglesia parroquial de estilo mudéjar toledano. Su ruralidad y tranquilidad de pueblo, que el visitante puede encontrar en su centro urbano, contrasta con la expansión de este municipio en la época industrial del siglo XX, donde se convierte en centro industrial de la Sagra con la instalación de importantes cementeras que van a modificar su paisaje, marcando el futuro de esta población que ha sabido adaptarse a la nueva modernidad.

Su territorio prácticamente llano con suaves ondulaciones es apto para los campos de cultivo, principalmente de cereal, formando parte del denominado popularmente como granero de La Sagra. Sin embargo, parte de sus tierras son un terreno yesoso, de ahí que abunden las canteras de yeso y cementeras, pero que dificulta la existencia de vegetación existiendo en su término algunas pequeñas concentraciones boscosas de pinos y encinas cerca del casco urbano, que contrastan con la aridez del resto de la zona. Diferentes caminos recorren esta llanura que permiten al visitante comprobar sus extensos campos de cultivo salpicados por esas grandes cementeras, símbolo de la industrialización de esta comarca, paseos agradables a pie o en bicicleta.