Villanueva de Alcardete


Chozo

Iglesia

Información de Villanueva de Alcarete:

Teléfono: 925 166 525
Web: https://villanuevadealcardete.es/turismo/
Info:
Guía turística
Rutas medioambientales
Lugares de interés
Email: info@villanuevadealcardete.es

La fuerte personalidad de Villanueva de Alcardete, viene definida principalmente por su paisaje vegetal donde el visitante podrá recorrer tierras llanas de inmensos campos de cultivo, principalmente viñedos donde destacan vinos con D.O. La Mancha y la marca de calidad diferenciada Cueva por sus excelentes caldos espumosos. Junto a esos campos de cultivo destaca su zona forestal con encinas, quejigos y coscojas, se complementa este entorno natural con la vegetación de ribera que aporta la vega del río Cigüela. Senderistas y amantes de la bicicleta encontraran diferentes rutas que recorren su término municipal disfrutando de paisajes que variaran muchísimo dependiendo de la ruta elegida, por ella encontramos cuevas, chozos en llanuras interminables y un rico ecosistema que cobra toda su fuerza según nos acercamos al río Cigüela. Turismo medioambiental, como formula económica y ecológica en la que el deporte, la cultura, la naturaleza y la tradición se fusionan en un cocktail mágico por el que niños y mayores pueden descubrir un entorno con vías milenarias por la que el tiempo y la humanidad han dejado huella.

Este municipio que goza de ese turismo de naturaleza y enológico, gracias a sus excelentes caldos y bodegas, completa su oferta turística con un recorrido por sus calles y su entramado urbano. Desde época romana y visigoda sus tierras han estado pobladas como demuestran sus restos arqueológicos, a pesar de estar poblada en época de la reconquista cristiana no sería hasta el siglo XVI cuando esta localidad comienza su crecimiento y configuración actual al convertirse en villa y erigir su rollo de justicia. Es en este siglo cuando se traza su entramado urbano y sus principales monumentos como la iglesia, la ermita de San Roque o el Pósito de Simón de Villanueva que permitirán al turista descubrir este pasado histórico y su patrimonio cultural.

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¿Qué ver?

Iglesia parroquial de Santiago Apóstol

Es el monumento de mayor importancia histórica y artística de esta villa. Es de la primera mitad del siglo XVI cuando existe constancia de su construcción, por el cantero vizcaíno Martín de Verdolaza. Las obras fueron financiadas, en gran parte, por el prior de la orden de Santiago, D. Fernando de Santoyo, natural de esta villa y cuyos restos mortales descansan en la capilla del Santísimo. El estilo arquitectónico no es definitivo, ya que, si bien las bóvedas son de trazado gótico, las paredes son lisas, de mampostería y con escasas ventanas, propio del románico. La mezcla de estos estilos y la grandiosidad de las dimensiones junto con la esbeltez de sus columnas (de sillería regular y con 1,5 m de diámetro) contrastan con la simplicidad y ausencia de adornos. Sus muros principales están orientados a los cuatro puntos cardinales, destacando hacia el saliente, el altar mayor realizado en madera dorada con pan de oro y con una clara influencia renacentista. Destacan de este retablo la imagen en piedra policromada de la Virgen de la Piedad, patrona de esta villa y la estatua ecuestre de Santiago Apóstol, titular de la parroquia, así como diez columnas compuestas que enmarcan tres tronos en el centro. En su interior la superficie principal está formada por un rectángulo casi cuadrado así como cuatro capillas laterales, siendo dos de ellas de la misma época de construcción de la iglesia y otras dos de etapas más recientes. Cuatro columnas grandes y sencillas ayudan a los muros a sostener las bóvedas del templo que dividen a la iglesia en tres naves, siendo la del centro más ancha que las laterales. En el exterior destacan grandes contrafuertes que sostienen el empuje de las bóvedas y la torre alberga en su interior una escalera de caracol en piedra de sillería. Las puertas de entrada son renacentistas con cierto sabor barroco y sobre ellas hay un enorme arco de descarga ojival.


El rollo jurisdiccional

Antiguamente este símbolo era insignia de jurisdicción, es decir que indicaba que el lugar tenia justicia propia y pertenecía a alguien, aunque más adelante empezó a utilizarse para las funciones de castigo y exposición de reos, pero sólo para los villanos, nunca para la nobleza o los eclesiásticos, por lo que en el transcurso de los tiempos el rollo se convirtió en el símbolo de la opresión del pueblo así como en la existencia de «dos varas de medir”: los villanos al rollo, pero nunca los nobles o eclesiásticos. Está formado por un fuste cilíndrico, con cuatro semicolumnas adosadas a modo de cordones; el capitel es sencillo con restos de decoración floral. De la parte superior nacen cuatro ménsulas de forja en forma similar a la de cabeza de pequeños canes, de ahí el nombre popular con el que se los conoce en esta villa: Los Perretes.

Puente de Clemente

Atraviesa el río Gigüela, uno de los afluentes del Guadiana, el cual confluye con éste en las Tablas de Daimiel. La construcción de este puente se realizó en la antigua carretera de Alicante-Cartagena, siendo esta zona la más poblada de Villanueva en sus inicios, por reunir las alquerías de Alcardete, Cardetum y la Ventosa. Aunque hay dudas sobre su origen, la solidez y armonía de su construcción lo sitúan en la época romana, por ser éstas algunas de las cualidades dominantes en este tipo de arquitectura, así como por el hallazgo de materiales cerámicos en las proximidades del mismo. Consta de 6 ojos con arcos de medio punto en cada uno de ellos, lo que unido a los árboles y cañas de las riberas del Gigüela, lo convierten en una de las estampas más atractivas de esta villa y uno de los lugares más visitados. Fue reformado en el año 1994 debido al deterioro en el que se encontraba por un excesivo uso, al ser lugar obligado de paso hacia distintos parajes del término municipal.

Ermita de San Isidro

Erigida sobre una loma, que tiene a escasos metros de su base, las corrientes del río Gigüela. Su construcción se realizó sobre unos terrenos cedidos voluntaria y gratuitamente por D. José Collado Castell, y data del año 1950, iniciándose por voluntad de la hermandad de Labradores para dar cobijo al Santo que protege sus campos. Edificada con pequeñas aportaciones de todos los vecinos, se cuenta que los materiales de su construcción así como sus puertas, procedían del antiguo convento de los Capuchinos, hoy actual cementerio. El edificio es de planta rectangular, de una sola nave y su cubierta es de teja árabe. El acceso se realiza a través de una puerta adintelada, precedida por un pórtico cubierto a tres aguas apoyado sobre dos esbeltos pilares. Está adornada con un pequeño arco construido sobre el muro, en el que hay una pequeña campana que suena de manera puntual todos los 15 de mayo, onomástica del santo. Su interior recibe iluminación de dos ventanucos adornados con cruces de hierro, abiertos en cada una de las hojas de la puerta, que está claveteada y conserva su antigua cerradura, bajo un dintel de madera, que carga sobre las jambas terminadas en sendos capiteles con adornos vegetales. Posee una hermosa pila de piedra, embutida en el muro norte; en el muro situado al oeste se encuentra en altar, donde descansa la imagen del Santo durante todo el año, contemplando el pavimento que es de mosaico en forma de tablero de ajedrez.

Ermita de San Roque

inicialmente llamada “de extramuros”, por encontrarse situada fuera del caso urbano. Se cuenta, que en su puerta se dejaban muchos niños recién nacidos que solían apadrinar y cuidar las familiar más acaudaladas de la población. Para conocer datos sobre su construcción, tenemos que remontarnos al año 1575, año éste en el que se comienza con la obra, teniendo que recurrir al rey en tiempos posteriores, debido a la escasez de medios con los que contaba el municipio. El rey, de sus montes, donó la madera para la techumbre y mandó que la labrasen los judíos conversos llegados de Granada, dándole al artesonado, de par y nudillo que cubre la nave central, el aspecto de una sinagoga; las naves laterales están cubiertas por un artesonado sencillo. En su origen, los muros estaban enfoscados y pintados exteriormente, haciendo de su cubierta un auténtico arabesco, digno más bien de un templo mahometano que cristiano. Su hundimiento se produjo un 26 de julio de 1976, procediéndose a una rehabilitación entre los años 1976 y 1982. Las obras de reforma consistieron principalmente en el saneado de los muros, cambio de la madera de las dos naves laterales, aunque no de la nave central por su alto valor arquitectónico, así como una reforma total del altar y del piso de toda la ermita.

Casa Tercia

Levantada a finales del siglo XV, constituye un edificio exento de planta rectangular de gruesos muros de mampostería, con pesados contrafuertes adosados, y sillares en las esquinas, cubriéndose el conjunto, de dos plantas, con una poderosa cubierta de madera y tejado a dos aguas. La propia funcionalidad del edificio justifica la pequeñez del vano de sus ventanas. El acceso, no visible en el presente, se efectúa por la fachada occidental del edificio, mediante los dos arcos de medio punto, formados por aproximación de piedras talladas, que constituyen las puertas. Sobre éstas el escudo de los reyes de Castilla y Aragón. Su admirable estado de conservación permite contemplarla tal y como era hace más de 500 años, en tiempo de los Reyes Católicos, cuando fue diseñada y levantada. La misión de la Tercia obedecía a funciones fiscales. El mayordomo designado para regirla se encargaba de almacenar en sus paneras, o silos, los dos novenos del trigo procedente de los diezmos eclesiásticos, reservados a la corona a través del maestre de Santiago y cobrados a los vecinos pecheros, o pueblo llano, de la villa. También se cobraba en la Real Tercia el diezmo de los ganados forasteros que hubiesen pastado en los montes propios del concejo de la villa. Era el denominado Tercio Real. Las desamortizaciones del siglo XIX motivaron la venta del edificio, que pasó a ser propiedad particular, y el XX se encargó de clausurar la calle que lo circundaba.

Pósito de Simón de Villanueva

Terminado de erigir en 1717, a instancias del concejo de la villa, constituye un edificio de buena fábrica, con planta en forma de L, buena cubierta de madera y un hermoso escudo tallado, sobre la entrada, de la época de Felipe V de Borbón. Entre sus dependencias contaba con buen pósito, carnicería pública, cárcel principal y casa de pesos y medidas, todas dependientes del concejo municipal. El verdadero valor de esta edificación responde más a razones sociales que artísticas o arquitectónicas, ya que la causa de su erección obedece al deseo de mitigar el hambre y la especulación en tiempos de escasez, garantizando grano a precios más asequibles y sin abusos. Primitivamente, estas casas, tenían los pisos bajos elevados del suelo mediante unas bóvedas que permitían aislar el grano de la humedad y su espacio lo formaban naves paralelas separadas por arcos sobre pilares. La casa del Pósito también almacenaba trigo procedente de los granos del rey, de propios y de propietarios. Esta casa vendía y prestaba granos a los agricultores. También prestaba dinero y funcionaba como un banco. Del edificio destacan sus contrafuertes de sillería cubiertos por tejadillo escalonado que forman huecos irregularmente distribuidos, así como su cubierta de teja cerámica, a dos aguas.

Pilar Abrevadero

De volumen cilíndrico y cubierto por teja en abanico, cuenta en su interior con un pozo, del que se extraía el agua por medio de un mecanismo movido por mulas. El agua era vertida al exterior a través de un caño, cayendo sobre las pilas de piedra, de las que bebían los animales. Esta zona se convirtió en lugar de charla habitual para los labradores al regreso de sus faenas. Tres ventanucos iluminan el interior del edificio que aún conserva el primitivo pozo, el cual se puede contemplar a través de un grueso cristal situado en el suelo del inmueble, convertido hoy en sala de exposiciones.

La posada

Poderoso edificio destinado a residencia del comendador, cuando lo hubo, de sólidos muros de sillería y patio porticado con robustas columnas. La segunda planta se levantó mediante el empleo de la técnica del mampuesto, uniendo las piedras con argamasa de cal y arena. Las primitivas y amplias ventanas son guardadas por majestuosas rejas de barrotes torneados, verdadero alarde de las técnicas del hierro forjado del siglo XV. Antigua casona que tiene en su historia leyendas de amor y de muerte. El inicio de su construcción la sitúa en el siglo XV, se cuenta que los Reyes Católicos pernoctaron en ella, a su paso por esta villa allá por el 1500. Ya la imaginación de Cervantes podría situar este edificio en la segunda parte de su Quijote. De planta rectangular, con dos alturas separadas por línea de imposta en piedra, se articula este edificio, alrededor de un patio con tres lados porticados con columnas de fuste, zapatas y viga corrida en madera. Destacan en el patio la fábrica de sillería y mampostería así como el alero moldurado en la planta alta. Desde la plaza de los Pretiles podemos observar este edificio de estilo popular, destacando de su fachada la puerta de acceso, así como las rejas de los grandes ventanales situados en la planta baja, lo que hacen de él uno de los edificios más comentados de la villa.